La fuerte demanda de coches eléctricos está provocando una mejora en las perspectivas futuras del grupo Volkswagen, y también en sus cuentas. Algunos de sus modelos ya tienen vendida toda la producción de este año, una situación favorable que también está haciendo aumentar los márgenes de beneficio de los coches eléctricos.
No es ningún secreto que algunos fabricantes venden coches eléctricos con poco o ningún margen de beneficio, incluso a pérdidas, dependiendo del modelo. Las elevadas inversiones que suponen el desarrollo de nuevos modelos, nuevas plataformas, la producción de baterías, software o la adaptación de las líneas de producción hace que amortizar algunos modelos eléctricos sea complicado, cuando no imposible, al menos a corto plazo.
La situación se puede revertir, entre otras maneras, conforme se vaya escalando la producción y las ventas. Es lo que parece estar ocurriendo en Volkswagen, según su director financiero, Arno Antlitz, que prevé que los coches eléctricos del grupo Volkswagen empiecen a ser tan rentables como los de combustión antes de lo que tenían calculado inicialmente.
Según comentó Antlitz en una entrevista con varios medios, en el grupo alemán pensaban originalmente que necesitarían «de dos a tres años» hasta alcanzar la paridad en los márgenes de beneficio entre los vehículos con motor de combustión y los de batería. Ahora se espera que alcancen dicha paridad antes de lo previsto. «Vemos una mejor [economía de] escala, vemos mejores márgenes, vemos una alta demanda de los clientes», declaró Antlitz.
La fuerte demanda, junto a los últimos problemas en las cadenas de suministro como consecuencia de la guerra en Ucrania, ha provocado que Volkswagen no dé abasto. Algunos modelos han agotado su producción prevista para este año (Arno Antlitz no especificó cuáles) y no habrá disponibilidad hasta 2023. Otros se entregarán a lo largo de este 2022, pero acumulan una larga lista de espera. Las ventas de coches eléctricos e híbridos enchufables del grupo Volkswagen aumentaron un 80% el año pasado, alcanzando las 762.000 unidades entre todas las marcas del grupo.
Ahora hay otro obstáculo por delante. Tras la pandemia y la escasez de semiconductores, ahora la guerra en Ucrania y las sanciones a Rusia está provocando el cierre de algunas fábricas (incluyendo de Volkswagen y otros fabricantes) ante la falta de ciertos suministros. Ucrania es uno de los mayores fabricantes de cables para la industria del automóvil, mientras que Rusia es un exportador clave de insumos como el níquel, el paladio y el acero. «Las materias primas son claramente un viento en contra para nosotros», dijo Antlitz. «Puede que llegue el momento en que tengamos que repercutir algunos de los aumentos [de precios] en el mercado».