Fabricar un coche eléctrico tiene mayor huella de carbono que un coche de combustión equivalente, debido a las emisiones generadas para fabricar la batería, aunque luego se compensan durante su uso. Sin embargo, Volvo está dispuesta a derrocar esa premisa con su próximo coche eléctrico, el Volvo EX30. La marca sueca quiere sentar un precedente histórico con un coche eléctrico que tendrá una huella de carbono inferior a la de ningún otro Volvo fabricado hasta la fecha.
El Volvo EX30 será el modelo eléctrico más pequeño y económico de la marca, un SUV diseñado para la vida cosmopolita de la ciudad. Eso no significa que la firma vaya a renunciar a los valores de los que siempre ha presumido (con razón), pues el pequeño EX30 incorporará todos los avances tecnológicos y de seguridad de la marca.
La otra clave es que Volvo se ha propuesto que el EX30 tenga una huella de CO2 en toda su vida útil inferior a la de ningún otro vehículo Volvo fabricado hasta hoy, contando incluso con las emisiones generadas en la producción de la batería. La compañía reducirá la huella de carbono total en todo el proceso de planificación, diseño, desarrollo, producción y transporte del vehículo, además de su uso posterior. Esencialmente, en todos los pasos que deben superarse desde que el coche pasa de ser un prototipo hasta que pise el concesionario.
En suma, el Volvo EX30 tiene un impacto de CO2 de aproximadamente 18 toneladas 'de la cuna a la puerta', es decir, desde la extracción de las materias primas hasta su llegada al concesionario, antes de su puesta en circulación. Esto supone un 32% menos de emisiones que un C40 Recharge eléctrico actual y prácticamente lo mismo que un XC40 con motor de combustión (con unas emisiones de CO2 de 16,3 toneladas).
Contando su uso, Volvo calcula que la huella de carbono del EX30 está por debajo de las 30 toneladas de CO2 tras una vida útil de 200.000 kilómetros. Esto supone un 25% menos en comparación con los modelos C40 y XC40 totalmente eléctricos que se venden actualmente, suponiendo que se recargan con electricidad procedente del mix eléctrico actual de la UE-27.
Según un estudio publicado en 2021, un C40 Recharge eléctrico que recargue en el mix de la Unión Europea, tiene asociadas unas emisiones de CO2 de 42 toneladas a lo largo de toda su vida útil. Un XC40 de gasolina emite 59 toneladas de CO2 a lo largo de su vida útil, un 40,5% más en comparación con el XC40 o C40 eléctrico. En cuanto al hermano pequeño, comparado con un modelo de gasolina similar, el Volvo EX30 eléctrico emitirá a la atmósfera la mitad de CO2 durante su vida útil.
¿Cómo se consigue?
Esa es la gran pregunta. ¿Cómo ha conseguido Volvo reducir de forma tan notable las emisiones totales de CO2 en este vehículo? En primer lugar, diseñando un vehículo más pequeño, lo que significa que se necesitan menos materiales para fabricarlo. El aluminio y el acero son dos de los elementos que más contribuyen a las emisiones de CO2 durante el proceso de producción, así que utilizar menos cantidad es una buena manera de contaminar menos.
Además, emplea más materiales reciclados: alrededor del 25% del aluminio y del 17% del acero que se utilizan en la fabricación del Volvo EX30 proceden del reciclaje, lo que reduce aún más el impacto medioambiental. Además, el EX30 se ha diseñado de manera que pueda reciclarse en un 95% al final de su vida útil.
El mismo criterio se mantiene en el interior del vehículo, reduciendo el número de piezas "sin menoscabo de la funcionalidad", dice Volvo. En el habitáculo también se emplean materiales reciclados para los asientos, el salpicadero y las puertas, incluido el denim, el lino y una mezcla de lana que también contiene alrededor de un 70% de poliéster reciclado. Según Volvo, alrededor del 17% de todos los elementos de plástico, desde los componentes interiores hasta los paragolpes exteriores, están hechos a partir de material reciclado, el porcentaje más alto utilizado en un vehículo Volvo hasta la fecha.
Por último pero no menos importante (de hecho, es un punto crucial), está la reducción de emisiones en la cadena de fabricación y suministro. El Volvo EX30 se construirá en una planta alimentada con altos niveles de energía renovable, con muy bajo o ningún impacto a nivel medioambiental. Por lo que se refiere a la cadena de suministro, el 95% de los proveedores de Volvo se ha comprometido a utilizar exclusivamente energía renovable en sus procesos de producción antes de 2025, aunque, según Volvo, muchos de ellos ya lo están haciendo. A eso hay que añadir que la firma utiliza la tecnología blockchain (cadena de bloques) para trazar el origen de las materias primas críticas (actualmente, litio, manganeso, cobalto, grafito y níquel).
El nuevo Volvo EX30 se presentará el próximo 7 de junio, fecha en que estará ya disponible para pedidos o reservas en algunos mercados.