La energía geotérmica es una fuente renovable que aprovecha el calor interno de la Tierra, presente en rocas, suelos y aguas subterráneas, para producir electricidad o proporcionar calefacción y refrigeración. La generación eléctrica se consigue mediante la temperatura y presión del subsuelo, que generan vapor o agua caliente, haciendo funcionar turbinas conectadas a generadores eléctricos.
Islandia es líder mundial en el uso de la geotermia, con la que satisface la mayor parte de la demanda eléctrica del país. Esto garantiza una generación más limpia y precios bajos gracias a su menor dependencia de las importaciones energéticas. Además, Islandia utiliza la energía geotérmica para la climatización, con una red de tuberías aisladas que conecta las captaciones geotérmicas y el calor residual de las centrales geotérmicas con las ciudades. Esta red proporciona calefacción a viviendas y edificios, y se emplea para derretir la nieve de las aceras y calentar piscinas.
España puede parecerse un poco a Islandia
Islandia ha pasado de depender en gran medida de combustibles fósiles a utilizar energías renovables de modo que la energía geotérmica ha sido fundamental en esta transición. La isla se encuentra sobre una dorsal oceánica que genera altas temperaturas en el subsuelo y permite yacimientos de agua y vapor.
Cuenta con cinco centrales geotérmicas: Nesjavellir, Reykjanes, Hellisheiði, Krafla y Svartsengi que utilizan dos tipos básicos de tecnología: vapor seco y separación flash. En las centrales de vapor seco, el vapor extraído de los pozos se utiliza directamente para generar electricidad. Las centrales de separación flash separan el agua del vapor antes de que este último pase por la turbina.
En España, el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) tiene como objetivo desarrollar la capacidad geotérmica en España: alcanzar 15 MW en la producción eléctrica antes de 2025, elevando esa cifra a 30 MW para 2030. Todos los proyectos elegidos, públicos y privados, se comprometen a llevar a cabo al menos un sondeo profundo a 1.000 metros bajo tierra para determinar la disponibilidad de recursos geotérmicos de alta temperatura. Si tienen éxito, se abriría una oportunidad para la explotación y desarrollo de los primeros proyectos de geotermia profunda. El plazo para presentar informes de viabilidad se ha establecido hasta junio de 2026.
Las dos zonas españolas con más posibilidades
Las Islas Canarias es la comunidad que protagoniza esta iniciativa. Allí se está llevando a cabo un importante proyecto geotérmico para aprovechar su potencial energético. Su objetivo es facilitar la exploración e investigación del recurso geotérmico y analizar el potencial de los emplazamientos para desarrollar los primeros proyectos de generación eléctrica o usos térmicos en España. Según los estudios preliminares, tendría la capacidad de satisfacer una parte significativa de la demanda eléctrica local.
De los 117 millones de euros asignados por el Ministerio de Transición Ecológica a través del IDAE, en Canarias, se desarrollarán 10 proyectos en tres de las islas del archipiélago, La Palma, Tenerife, Gran Canaria y Lanzarote, desarrollados por la alianza del Instituto Tecnológico de Energías Renovables (ITER) con Disa, el Instituto Volcanológico de Canarias, o Energía Geotérmica de Canarias, entre otros
Recibirán 106,2 millones de euros de fondos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR). Estos proyectos incluyen sondeos de gran profundidad de un mínimo de 1.000 metros que se realizarán en España. En función de los resultados podrían dar acceso a la explotación de este recurso.
El resto de los fondos tienen como destino Madrid, con un proyecto de la mano de Repsol Exploración S.A. en colaboración con la Universidad Autónoma de Madrid. El objetivo es determinar si el subsuelo madrileño es adecuado para obtener energía geotérmica, que proviene del calor de la Tierra. El proyecto cuenta con una financiación de cinco millones de euros y representa un paso importante hacia la adopción de la geotermia como una solución innovadora y sostenible para las necesidades energéticas del país.