LEVC (London Electric Vehicle Company) ha desvelado la primera imagen de su nueva furgoneta eléctrica de autonomía extendida, basada en el LEVC TX, el taxi diseñado específicamente para la ciudad de Londres, y que aspira a introducirse en otros mercados europeos. La empresa china ya está en conversaciones con la Policía Metropolitana y la Brigada de Bomberos de Londres para la realización de las primeras pruebas con los prototipos de esta nueva furgoneta. "El mercado de furgonetas está listo para un nuevo participante disruptivo, que ofrecerá una propuesta de valor muy diferente", ha declarado el fabricante. La presentación oficial está prevista para finales de este año, aunque no saldrá a la venta hasta los últimos meses de 2019.
En la imagen revelada por el fabricante podemos comprobar la similitud en el diseño de la parte delantera con el LEVC TX. Si nos detenemos en el perfil y en la zaga, las diferencias comienzan a ser evidentes, dado que cada vehículo está pensado para servicios diferentes. La nueva furgoneta no está diseñada para el reparto de última milla, como ocurre con vehículos de similares características, pero totalmente eléctricos. Su función será enlazar los centros de distribución que se encuentran fuera de la ciudad con los destinos finales e intermedios dentro de ella. Según el fabricante "nuestro perfil de trabajo son vehículos que realicen más de 150 kilómetros al día, que actualmente se realizan con furgonetas diésel de tamaño medio".
La furgoneta aprovecha el tren de rodaje del LEVC TX. Se trata de un vehículo eléctrico de autonomía extendida (EREV) en la que un motor de gasolina, en este caso de 1,5 litros, se encarga de generar energía que almacena en una batería. Esta, además, puede ser recargada en la red eléctrica. Cuenta con un sistema de recarga rápida que puede completar la carga de la batería en 20 minutos, o en 10 horas si se utiliza un cargador doméstico. Con esta tecnología la autonomía eléctrica que se logra es de 112 kilómetros utilizando la energía de la batería, que pueden ampliarse hasta los 640 kilómetros con la ayuda del motor de combustión. Es de esperar que la furgoneta obtenga unas cifras similares o algo inferiores, ya que su peso es mayor.
Taxi eléctrico de autonomía extendida LEVC TX, basado en el black cab londinense.
LEVC asegura haber prestado mucha atención a la seguridad en el trabajo, incluyendo sistemas de asistencia al conductor, todos ellos de serie, y "una cabina diseñada en torno a las necesidades del conductor y el pasajero gracias a su comodidad y ergonomía".
Por ahora LEVC no ha desvelado más detalles sobre este nuevo vehículo, aunque asegura que su objetivo es "entregar un vehículo que, por su tamaño, ofrecerá un costo total de propiedad competitivo". Es decir, no solo será un vehículo más limpio, sino que ofrecerá menores costes de funcionamiento. Además, gracias a su tecnología, evitará las tarifas extra que es obligatorio pagar en algunas ciudades, como Londres, para acceder a su Zona de Bajas Emisiones y que poco a poco se irán extendiendo a otras localizaciones.
Uno de los rivales que se encontrará a su llegada al mercado será la nueva versión híbrida enchufable de la Ford Transit, que el fabricante americano presentará en la próxima edición del Salón Internacional de Vehículos Comerciales (IAA) de Hannover (Alemania), y que cuenta con 50 kilómetros de autonomía eléctrica.
La furgoneta de LEVC se fabricará en la factoría de Warwickshire, la misma que produce el TX, una instalación abierta desde el año pasado especialmente diseñada para este tipo de vehículos. Se trata dela primera fábrica del Reino Unido dedicada específicamente a la producción de vehículos eléctricos. LEVC alcanzará una producción de 10.000 unidades al año, la mitad de cada uno de los modelos, en el año 2020 y duplicará esta cifra en 2022.
LEVC, anteriormente conocida como LTC, es propiedad del fabricante chino Geely. La nueva furgoneta forma parte de una importante inversión del grupo chino buscando la rentabilidad en un mercado cambiante, con una competencia cada vez mayor, que debe adaptarse a las nuevas regulaciones medioambientales que prohíben, o al menos dificultan, el acceso a las ciudades de vehículos que no cuenten con algún grado de electrificación.
