Desde Estambul, Tozz Bikes propone un nuevo vehículo eléctrico unipersonal que por su configuración se cataloga como un patinete pero que por su aspecto retro bien podría recordar al de una bicicleta BMX. La idea de esta empresa turca es añadir un poco de diversión a los desplazamientos diarios por la ciudad, haciéndolo de una manera cómoda y con una buena dosis de diseño diferenciador. Los patinetes estarán disponibles desde este mes de enero en una edición muy limitada de tan solo 20 unidades y dos versiones de configuración mecánica.
Burak Kazar, fundó Tozz Bike a principios de este año con la ayuda de su socio, Emre Kuvvetli, con la idea de darle una vuelta al diseño y a la utilidad de los vehículos eléctricos unipersonales que están invadiendo las ciudades. "Los productos de movilidad eléctrica del mercado están diseñados y desarrollados para mover a las personas del punto A al punto B en un tiempo reducido y con un consumo mínimo de energía". Sin embargo Kazar cree la mayoría de ellos están diseñados para cumplir con estos requisitos, pero necesitan algo más "para ser más divertidos e incluso poco convencionales".
Diseño minimalista y diferenciador, basado en los patinetes clásicos, los kickbike y las bicicletas BMX.
El resultado de esta filosofía es el Pipegun #1 o PG-1, presentado en la reciente Design Week de Turquía, un patinete eléctrico que se fabricará inicialmente de manera muy limitada, puesto que tan solo verán la luz 20 unidades. El diseño está a medio caballo entre un patinete convencional y un patinete kickbike. Del primero hereda el hecho de estar formado por una plataforma sobre la que se viaja de pie apoyada sobre dos ruedas y con un vástago con manillar para controlar la dirección. De los patinetes llamados kickbike hereda unas ruedas muy grandes, aunque en este caso iguales en los dos ejes, de 20 pulgadas, cuando este segundo tipo de patinetes tienen una rueda delantera de mayor diámetro que la trasera.
El PG-1 tendrá dos variantes que se diferencian por la unidad de potencia y la batería. En ambos casos el marco minimalista es de acero inoxidable y el manillar presenta un aspecto que es lo que le confiere la estética de las bicicletas BMX, pensadas sobre todo para ofrecer un extra de manejabilidad y diversión. Además, los neumáticos rojos Salt Tracer BMX colaboran para ofrecer una imagen totalmente diferenciadora. El conjunto se completa con frenos de disco hidráulicos en las dos ruedas y una barra de luz led en la parte delantera de la base de la plataforma.
Motor eléctrico de Bafang en la rueda trasera del Pipegun #1.
El modelo más sencillo cuenta con un motor eléctrico de Bafang situado en el buje de la rueda trasera y que ofrece una potencia de 250 W y un par de 45 Nm. Su velocidad máxima es de 25 km/h y, según el fabricante, es capaz de ascender por pendientes de hasta 12 grados. La batería de iones de litio, de la que no se ha comunicado la capacidad promete una autonomía de 45 kilómetros.
La segunda opción, más potente, cuenta con un motor también de Bafang de 500 W que eleva el par de salida hasta los 60 Nm que permite llegar hasta los 35 km/h. Se alimenta de una batería de mayor capacidad que alcanza los 60 kilómetros de autonomía.
La batería del Pipegun #1 se sitúa en la plataforma del cuadro.
Lo que no ha dejado claro Tozz Bike es como se produce la entrega de la potencia por parte del motor eléctrico. El diseño parece sugerir que la patada en el suelo se amplifica de manera similar a cómo funcionan los scooters eléctricos del fabricante alemán Scrooser, en lugar de basarse en un sencillo acelerador situado en el puño del manillar.
Por ahora, Tozz Bike no ha revelado más características del PG-1 más allá de la apertura de los pedidos anticipados y el precio de venta, que arrancará en 2.100 dólares (unos 1.850 euros).