Es la semana de los coches conectados y autónomos en China. Una semana en la que todas las compañías de la industria presentan sus sistemas y candidaturas a ocupar el puesto de la empresa más tecnológicamente avanzada del país. La nueva IA china, DeepSeek, ha centrado gran parte del interés hasta la presentación de BYD. En un macro evento, BYD ha presentado su propio Autopilot. Pretenciosamente lo ha denominado como God’s Eye (el ojo de Dios) y resulta que es mucho, mucho más barato que el sistema desarrollado por Tesla. Los chinos abren una nueva vía para plantar cara al fabricante de coches eléctricos más importante del mundo.
La conducción autónoma es la nueva quimera de la automoción. Todas las marcas, desde la más grande a la más pequeña busca crear coches que no necesiten la supervisión de un humano para circular. Ni siquiera los grandes protagonistas del segmento se ponen de acuerdo. El presidente de NVIDIA, la mayor compañía tecnológica del mundo, considera que estamos muy lejos de ver coches autónomos circulando por nuestras carreteras; “no están ni cerca de ser una realidad”. Por el contrario, Elon Musk afirma estar a punto de presentar su paquete de conducción inteligente. Según el empresario americano en seis meses lanzará al mercado su primer coche autónomo. Aunque no hay pistas sobre ello.
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BYD permite democratizar la movilidad inteligente
Al más puro estilo chino, de forma casi anónima y a través de un gran evento corporativo, BYD ha dado un manotazo encima de la mesa con su ojo de Dios. El paquete God’s Eye incluye la última colección de sistemas y asistencias a la conducción desarrollado por el gigante asiático. Una colección de cámaras y sensores, incluyendo hasta tres radares LiDAR se integran para alimentar las funciones de conducción asistida. A diferencia de la mayoría de los fabricantes del mundo, BYD ha asegurado que ofrecerá la mejor tecnología en toda la gama, de serie. Hay tres niveles de rendimiento que serán integrados en las diferentes marcas de la compañía.
La versión de acceso, denominada como God’s Eye B o DiPilot 300, utiliza una sóla unidad LiDAR. Se integrará en los modelos de Denza, la familia semi premium que ya está disponible en Europa, así como en varias unidades de la propia BYD. La versión más completa, bautizada como God’s Eye A o DiPilot 600, equipa hasta tres radares LiDAR de última generación. Su uso estará limitado para la gama más alta de BYD así como para todas las unidades de YangWang, la marca más lujosa y elitista dentro del complejo conglomerado chino. El nivel más interesante, el cambiará las reglas del juego será la versión de menor coste, el God's Eye C o DiPilot 100.
Esta variante emplea un conjunto de cámaras y radares, compuesto por 12 cámaras (3 cámaras de visión frontal, 5 cámaras panorámicas y 4 cámaras de visión envolvente), 5 cámaras de ondas milimétricas y 12 sensores de radar ultrasónico. A pesar del impresionante despliegue, inicialmente hay algunas limitaciones. Mientras que las variantes A y B pueden hacer NOA (Navegar con piloto automático) tanto en autopistas como en zonas urbanas, haciendo giros y salidas automáticamente, el nivel más barato solo permitirá la circulación autónoma en autopistas. Al menos por ahora. BYD dice que planea agregar progresivamente la navegación urbana a sus modelos más baratos. Además, las tres variantes estarán conectadas a DeepSeek, la nueva IA china, que mejorará las capacidades de inteligencia artificial de los coches.
![BYD Seal Interior BYD Seal Interior](/uploads/s1/94/82/28/byd-seal-interior_5_659x371.jpeg)
Mientras que Tesla obliga a pagar a sus clientes grandes cantidades (7.500 euros) por su paquete de asistentes a la conducción de nivel 2 avanzado, el famoso paquete FSD (Full Self Driving), BYD ofrecerá el sistema God’s Eye en toda la gama de serie, incluyendo en el pequeño y barato Seagull que apenas cuesta 9.000 euros. Al igual que con el coche eléctrico, BYD quiere democratizar y transformar el formato de movilidad. Por el momento sólo ha anunciado su lanzamiento en China, donde la regulación resulta ser mucho menos exigente que la requerida en Europa.