La evolución del mercado eléctrico ha cogido a Europa por sorpresa. Si bien el Parlamento Europeo ha dado los pasos necesarios para transformar la movilidad de los ciudadanos, no ha sabido calcular el protagonismo de la industria automovilística china. El gigante asiático se ha convertido en dueño y señor de la tecnología y la producción. Cada vez más coches eléctricos cruzan fronteras y llegan al Viejo Continente para plantar cara a las firmas clásicas. BYD es una de ellas, la más potente, y tiene planes muy concretos para producir en Europa. A pesar de haber asegurado que no teme las represalias, BYD ya piensa dónde levantar su primera fábrica de coches eléctricos en Europa.
La situación actual es bastante delicada para los intereses de los fabricantes europeos. El auge de China como principal proveedor de componentes y tecnologías eléctricas ha cambiado el status quo del sector. Europa quiere limitar la incidencia de las marcas chinas. Hace semanas, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunció el inicio de una investigación para determinar si China estaba incumpliendo políticas de libre mercado al ofrecer demasiadas exenciones fiscales a sus marcas con el objetivo de vender sus productos a un precio fuera de mercado y, así, debilitar al resto de competidores.
Hungría podría ser el país escogido para la primera fábrica de coches de BYD en Europa
Voces expertas reconocen que este podría ser el primer paso de Europa para aplicar impuestos y aranceles particulares a la exportación de vehículos eléctricos de China al Viejo Continente. Algunos países de Europa ya han dado los primeros pasos para reducir el impacto del coche eléctrico chino. Francia ha aplicado una nueva normativa de beneficios fiscales para la compra de coches eléctricos. Para poder disfrutar de la cuantía máxima habrá que cumplir varios requisitos, como el que el coche esté fabricado en el Viejo Continente, preferiblemente en Francia. Otros países podrían sumarse a esta corriente.
Eso significa que muchas marcas chinas podrían verse afectadas. El no poder acogerse a las ayudas significa que sus coches resultarán menos competitivos a ojos de los clientes y por eso algunas marcas ya ponen sus ojos en Europa. BYD es el segundo mayor productor de coches eléctricos del mundo, a la estela de Tesla. Los chinos quieren conquistar Europa con su catálogo de productos, cada vez mayor. Toda la oferta actual procede del país asiático: los coches se producen allí y se exportan en barcos. Esta estrategia podría tener los días contados si finalmente Europa aplica medidas restrictivas.
La solución pasa por producir en el Viejo Continente. BYD lleva tiempo buscando sitios para levantar su primera fábrica de coches eléctricos y parece que ya se ha decidido. Tal y como informa Reuters, Hungría podría ser el país escogido. Hay que tener en cuenta que los chinos ya cuentan con una fábrica de autobuses en el país, lo que supone una clara ventaja comercial. El artículo también señala que el mes pasado, el primer ministro húngaro, Viktor Orban, se reunió con el presidente de BYD, Wang Chuanfu. Por el momento, no hay confirmación oficial, aunque fuentes cercanas indican que el aviso se hará pronto.