Si bien todo el mundo parece centrado en la evolución de los coches eléctricos, no menos importante es la mejora de las baterías. Las mayores empresas del sector buscan soluciones con las que alimentar los coches eléctricos del futuro. Hay varias vías de investigación abiertas, desde las baterías de estado sólido hasta las baterías de sodio. Estas últimas podrían ser la solución a uno de los mayores problemas de los coches eléctricos actuales, el frío. A las actuales baterías de iones de litio no les gusta el frío extremo. Su rendimiento cae estrepitosamente cuando el termómetro baja. CATL asegura haber resuelto el problema en la segunda generación de sus baterías de sodio.
Como seguro que sabes, CATL es el mayor fabricante de baterías para vehículos autónomos. Junto con FinDreams, la filial de BYD, fabrican más del 50% de las baterías instaladas. Un monopolio afianzado tras años de trabajo y constante evolución. Cada cierto tiempo CATL adelanta o presenta una nueva tecnología, una mejora o una investigación que promete y acaba haciéndose realidad. En los últimos años el departamento de ingeniería parece haberse centrado en el sodio como elemento sustitutivo del litio. Si bien tiene enormes ventajas, también tiene destacados inconvenientes, como ya mencionase tiempo atrás el propio fundador de CATL.
El sodio como elemento sustitutivo del litio
La ciencia detrás de las baterías de sodio y hierro es similar a las de iones de litio. Almacenan energía eléctrica para el movimiento de iones entre los electrodos positivos (cátodo) y el negativo (ánodo). Una de sus muchas ventajas es la seguridad y resistencia a bajas temperaturas. En ciertas condiciones el sodio es mejor conductor que el litio y por lo tanto no sufre tanto cuando el termómetro empieza a caer. En las investigaciones y pruebas que CATL ha llevado a cabo aseguran que su segunda generación de baterías de sodio es capaz de rendir con normalidad incluso a temperaturas de -40º centígrados.
Hace ya más de un año que CATL aseguró estar trabajando en una mejora de las baterías de sodio con el propósito de sustituirlas por las de litio. Los ingenieros aspiran a conseguir una densidad de 200 Wh/kg. El rendimiento es algo inferior y es por eso que para muchos el sodio no es, por el momento, sustitutivo. El coste también puede suponer un problema, pero por cuestiones de volumen. La extracción, el refinamiento y el procesado del litio para baterías de vehículos eléctricos está tan extendido que los precios hoy son más bajos que nunca. De hecho, CATL está intentando contener y controlar el precio para que siga siendo viable su procesamiento.
A pesar de las buenas nuevas, todavía estamos lejos de ver a las baterías de sodio instaladas de forma corriente en los coches eléctricos. La economía de escala permitirá reducir sus precios. CATL asegura que la batería debería estar lista para lanzarse al mercado el próximo año, aunque no será hasta dos años más tarde, en 2027 cuando la producción alcanzase un punto crítico de volumen. Según la empresa, las líneas de montaje actuales serían perfectamente válidas para montar celdas y módulos de sodio, por lo que no sería necesario hacer grandes adaptaciones en las fábricas que posee por medio mundo.