Las baterías de estado sólido son la tecnología más prometedora en el ámbito de las baterías para vehículos eléctricos, una tecnología muy superior a las baterías actuales que, sin embargo, tiene también bastantes peros. El último jarro de agua fría sobre las baterías de estado sólido viene por parte de CATL, el mayor fabricante de baterías de litio del planeta.
Más concretamente de Robin Zeng, fundador y presidente de CATL, que ha calificado las baterías de estado sólido como "poco prácticas e inseguras", asegurando que las afirmaciones "espectaculares" que se hacen sobre estas baterías ignoran los límites de la tecnología en el mundo real.
En una entrevista con Financial Times, el empresario chino asegura que la tecnología del electrolito sólido no es lo suficiente fiable, no tiene buena durabilidad y "plantea problemas de seguridad sin resolver" en su estado actual.
El electrolito sólido tiene, al menos sobre el papel, ventajas muy importantes sobre las baterías actuales: una densidad energética mucho mayor que permite ofrecer autonomías hasta un 50% mayores con el mismo volumen (u ofrecer la misma autonomía con baterías más pequeñas y ligeras); cargas rápidas más potentes; mayor estabilidad y, a la larga, se dice que podrían ser más baratas de producir.
Sin embargo, Zeng cree que todas estas promesas "brindan falsas esperanzas" y tiene argumentos de peso para pensar eso. Tras una década de investigación y desarrollo en esta tecnología, no han logrado hacer una batería de estado sólido viable comercialmente para su producción en serie.
Aunque fabricantes como Toyota aseguran que tendrán lista la primera batería de estado sólido en 2028, los problemas que sugiere Zeng no parecen tener una solución fácil a la vista. Según Zeng, la viabilidad de las baterías de estado sólido no se puede lograr a menos que se utilice un nuevo tipo de química, en la que se utiliza litio metálico puro para el ánodo, pero también esto plantea problemas.
Otro problema tiene que ver el hinchamiento de las baterías de estado sólido durante las recargas. Este fenómeno ocurre debido a la acumulación de material de litio sólido en las superficies de los electrodos durante la carga, lo que lleva a un aumento en el volumen de la batería. Según Zeng, las baterías de estado sólido "no pueden durar muchos ciclos [de carga], tal vez 10 ciclos". Una cifra que, de ser así, las inhabilita en todo modo para un uso comercial.
Las declaraciones de CATL no son cualquier cosa. La compañía china es el mayor productor del mundo de baterías, acaparando un 36,8% de cuota de mercado a nivel mundial el pasado 2023, y suministra baterías a fabricantes como Tesla, Hyundai, BYD, MG, Porsche y Ford, entre otros. También una de las más innovadoras en su ámbito: el año pasado presentaron una Batería Condensada, que duplica la densidad energética de las actuales sin recurrir al electrolito sólido.
Zeng señala en la entrevista que el próximo gran avance en los vehículos eléctricos estará en las baterías de iones de sodio, en las que CATL lleva trabajando un par de años, y en las baterías condensadas con materiales semisólidos, con las que duplicarán la densidad energética de las baterías de litio actuales, pero sin el coste tan elevado de electrolito sólido ni los problemas de esa tecnología.