El Grupo Volkswagen está actualmente en plena reconfiguración de su gama automovilística. Marcas como Audi ya se replantean cómo será su futura gama eléctrica. En el lado contrario de la balanza se encuentran otras firmas como Volkswagen, CUPRA o Skoda, las cuales ya saben cuáles serán sus respectivas estrategias de electrificación.
La firma materna (Volkswagen) presentó hace sólo unos días el que será su coche eléctrico más barato, el ID.1, y que se producirá en Portugal. Este estará a la cabeza en cuanto a modelos rompedores por muchos aspectos. También lo será el ID.2 que llegará al mercado a finales del presente 2025; de igual forma, Skoda y CUPRA también tendrán sus propias reinterpretaciones de este último.

Como se puede ver, las hoja de ruta para buena parte del Grupo Volkswagen está sobre la mesa. No obstante, esto no es lo único a lo que aspira el conglomerado automovilístico. En una reciente entrevista realizada por el medio Autocar al CEO del grupo, Oliver Blume, se ha podido saber cuál es otro de los objetivos principales para ellos.
Obtener el liderazgo tecnológico automotriz en 10 años
El máximo directivo ha establecido un plan para convertir al Grupo Volkswagen en “el principal impulsor mundial de la tecnología automotriz”. Concretamente, Blume afirmó que “los próximos cinco años serán decisivos para determinar qué empresas caen, cuáles sobreviven y las que prosperarán en el futuro”. Gracias al nuevo plan, esperan que la empresa sea una de las más prósperas en una década.
El directivo ha confirmado “serios esfuerzos para ponerse en forma” durante los últimos dos años. En esto se incluye el famoso plan de reestructuración presentado el pasado 2024 y por el que se recortarán puestos laborales pero también numerosos gastos extras. Pero gracias a todo ello, el objetivo de la empresa es “despegar” a partir de 2026.

Los pilares fundamentales para los próximos 10 años serán: resiliencia, voluntad de adaptación y solidez financiera. Esto se aplicará directamente a continuar desarrollando “marcas fuertes, de diseño icónico y tecnología superior”, afirmó. Asimismo, hizo especial hincapié en el apartado de la tecnología.
Con estos puntos como prioridad, el Grupo Volkswagen aspira a convertirse en la primera compañía del sector automotriz dentro de una década. Este proyecto coincide también con la famosa ley europea que prohibirá la venta de coches térmicos en 2035. Para ese año, “las baterías serán los motores de combustión interna del futuro”.
Los futuros coches eléctricos del Grupo Volkswagen serán modelos definidos por software, esto quiere decir que tendrán un fuerte protagonismo de las funciones multimedia, de conectividad o incluso de inteligencia artificial. Esto será la base para crear modelos con vistas a una comercialización en los principales mercados: Europa, América del Norte y China. “Utilizando nuestro tamaño, pensaremos globalmente pero actuaremos localmente. Esto nos dará una importante ventaja competitiva”.

Una de las primeras pistas sobre lo que depara al futuro de Volkswagen llegará a lo largo del próximo 2026. El ID.2 puede ser el primer referente para saber si el camino que han escogido es el más apropiado. Las posteriores muestras serán el ID.2 X, el crossover eléctrico de acceso, así como el ID.1 que llegará en 2027.