“Europa no puede permitirse convertirse en un estado vasallo dependiente de las importaciones chinas”. Esta una de las afirmaciones del informe realizado por la asesoría Dunne Insights para el think tank Iniciativa Europea para la Seguridad Energética (EIES).
Este estudio afirma con rotundidad que la esperanza para la industria automovilística europea pasa por colaborar con empresas no chinas, especialmente Tesla, y nunca con empresas de este país, ya sea en lo referente a baterías, sector en el que CATL y BYD son el primer y segundo fabricante mundial, respectivamente; o en cuanto a producción de vehículos.
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Tesla, clave para la industria europea de coches eléctricos
Los fabricantes de automóviles europeos deberían actuar “con rapidez”, señala este informe, que también incide en su necesaria colaboración con Tesla, de la cual deberían aprovechar su importante presencia en Europa gracias a la Gigafábrica de Berlín, en la que la producción del Tesla Model Y comenzó el pasado 14 de enero.
El informe se refiere precisamente a este hecho, sobre el cual no duda en señalar que “cuanto más rápidamente las operaciones de Tesla en Berlín se vuelvan rentables, con mayor velocidad podrá trasladar Tesla una mayor producción de China a Europa”, para afirmar a continuación que eso “significará una mayor demanda de baterías en Europa”.
Europa debería invertir en los fabricantes de baterías coreanos y japoneses
El informe también aconseja a los fabricantes europeos de coches eléctricos a estrechar relaciones con los fabricantes de baterías japoneses y coreanos -, como Panasonic y Samsung- “aprovechando su alineación estratégica con Europa”.
De esta forma, el estudio recomienda a los fabricantes europeos invertir hasta “20.000 millones de euros en empresas conjuntas con estos fabricantes orientales para levantar gigafactorías de baterías en Europa”.
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Pero, sobre todo, el informe insta a las marcas europeas a reducir su dependencia de los fabricantes chinos como CATL y BYD; algo muy difícil ya que ambos son el primer y el segundo fabricante mundial de baterías para coches eléctricos.
Y es que, según señala este informe, “en este momento, Europa está siete o 10 años por detrás de China en términos de tecnología de baterías y desarrollo de la cadena de suministro”, que también añade que China controla el 79% de la producción de células de batería y entre el 60 y el 95% del procesamiento de minerales críticos.
Además, y siempre según Dunne Insights, China tiene la capacidad de abastecer la mitad de la demanda mundial de coches eléctricos y el 100% de la demanda de las baterías de iones de litio, un sector dominado con mano de hierro por CATL.
![CATL cuenta con 13 fábricas de baterías y da trabajo a más de 80.000 personas en todo el mundo. CATL cuenta con 13 fábricas de baterías y da trabajo a más de 80.000 personas en todo el mundo.](/uploads/s1/90/40/30/sede-catl-sale-a-bolsa-hong-kong_5_659x371.jpeg)
El estudio recuerda que China -de la mano de fabricantes como BYD, NIO o MG- construye más vehículos eléctricos que todos los demás países juntos. Además, también indica que “China desarrolla y fabrica vehículos eléctricos el doble de rápido que sus competidores europeos y lo hace por un 25 o un 30% menos de coste” concluye el informe.
Europa debería ser mucho más severa con los fabricantes chinos
Por todo lo anterior, este estudio señala que las asociaciones con las empresas chinas pueden ser "inevitables", pero que “deberían regularse de forma severa”. Así, este informe aconseja a Europa que “proteja su tecnología, experiencia y su inversión” de los fabricantes chinos. Y recomienda a los fabricantes que “a los proveedores chinos solo se les debería permitir vender y fabricar en la UE si se asocian con empresas europeas y, por lo tanto, transfieren sus conocimientos técnicos y proporcionan puestos de trabajo locales”. “Las empresas mixtas entre europeos y chinos pueden permitir a Europa alcanzar la paridad con China” reflexiona este estudio.
Pero, sin duda, el consejo más severo de este informe es el último, que recomienda que “Europa debería imponer graves restricciones a la entrada de empresas chinas, de forma que los europeos deberían poseer el 51% o más de cada empresa mixta para tener siempre el control en manos europeas”.