En los últimos tiempos, son pocas las grandes multinacionales tecnológicas que no han puesto sus miras en la movilidad eléctrica. El gigante chino Huawei no iba a ser menos, aunque, en su caso, su apuesta se dirige más hacia el concepto de transformación energética integral para buscar soluciones sostenibles.
“Desde hace más de una década, todos los equipos y soluciones que ha desarrollado Huawei han estado centrados en reducir las emisiones de carbono. Eran productos que estaban muy dispersos en las diferentes áreas de negocio y hace unos tres años se decide que las Cero Emisiones se convierten en un objetivo estratégico de la empresa, que pasa a concebirlo como un pilar estructural. Y se crea una división en la empresa para conglomerar ese objetivo”. Así explica Daniel Boluda qué es Digital Power, el departamento que vertebra todas las soluciones de fotovoltaica y movilidad eléctrica de la compañía y del que es su máximo responsable en España.
Hablamos con él de cuáles son los planes de Huawei en este sentido y, antes de entrar en detalle, nos deja una reflexión sobre el boom de la electrificación y el futuro, un horizonte en el que no ve peligros de colapso: “puede haber dificultades, puntos de conexión donde no haya recursos, pero no veo amenazas porque todo está creciendo paulatinamente. Conforme más red de fotovoltaica haya, más fácil va a ser la irrupción de la movilidad eléctrica y, cuanta más movilidad eléctrica exista, más gente va a querer que esa carga se haga a partir de energía fotovoltaica, renovable. Es un círculo virtuoso”.
PREGUNTA. Afirmas que Digital Power es la división que refleja la ambición de Huawei por reducir las emisiones de carbono, pero ¿en qué acciones concretas se articula este objetivo?
RESPUESTA. La visión es un poco amplia. El planteamiento que nos hacemos es: como fabricante de electrónica, ¿dónde puedo actuar yo para llegar a las cero emisiones? Y vemos dos ámbitos. En primer lugar, actuando sobre sobre la generación. Vamos a enfocarnos en la energía más limpia y económica que existe, la energía solar. Así que tenemos que convertirnos en líderes de la generación de energía fotovoltaica. En segundo lugar, actuando sobre los hábitos de consumo: ¿cómo podemos reducir las emisiones de los hábitos de consumo? ¿En qué ámbitos podemos actuar nosotros? Primero, sobre las telecomunicaciones: vamos a hacer redes que puedan alcanzar las cero emisiones. Segundo, sobre la nube. La nube está en la estructura de negocio de cualquier empresa y también casi en el ADN de cualquier persona y además fomentado e incentivado por los fondos europeos. Esta nube se traduce en servidores y data center funcionando 24/7. Hay países, como Irlanda, en los que el 25% del consumo energético nacional se destina a los data center porque es una industria prioritaria. Y, tercero, sobre el consumo humano: ¿dónde podemos tener la capacidad de actuar desde el punto de vista de la sostenibilidad? En la carga eléctrica.
P. ¿Qué estáis haciendo en este apartado?
R. Tenemos una ambición muy grande a nivel de carga eléctrica: buscamos soluciones para que, tanto a nivel residencial como público o industrial, podamos dar respuesta a los problemas de la carga eléctrica en movilidad. Es una pescadilla que se muerde la cola: si no hay red de carga, no hay movilidad eléctrica. Huawei no está fabricando coches eléctricos, pero sí queremos que el mundo de la movilidad eléctrica se extienda para alcanzar el objetivo de cero emisiones. Y eso podemos hacerlo desde el punto de vista de la carga eléctrica y del desarrollo de componentes del vehículo eléctrico. Es decir, nosotros no fabricamos vehículos eléctricos, pero sí desarrollamos muchos componentes electrónicos que luego suministramos a los fabricantes de vehículos eléctricos.
P. Y ¿cuánto falta para que Huawei se lance a fabricar vehículos eléctricos como ya están haciendo otras compañías electrónicas?
R. No está en nuestra estrategia. De hecho, todas las noticias que salen sobre el coche eléctrico y Huawei hablan de coches hechos con piezas de Huawei, pero no de un coche de Huawei. No fabricamos todo el ecosistema que gira en torno al vehículo ni siquiera gestionamos la experiencia del cliente final. Lo que hacemos es electrónica de potencia, electrónica inteligente, para que esos vehículos sean libres de emisiones y más inteligentes.
No está en la estrategia de Huawei fabricar coches eléctricos
P. El producto más desarrollado de Digital Power es la parte de las instalaciones fotovoltaicas, ¿cuál es vuestra principal apuesta? ¿por dónde van las tendencias?
R. En fotovoltaica tenemos una huella importante a nivel internacional. Fabricamos todo lo que tiene que ver con la electrónica que hay detrás de una fotovoltaica: el inversor y las baterías. Esto lo abarcamos en los tres segmentos de negocio que tiene la fotovoltaica. En primer lugar, las grandes plantas solares. Hemos inventado una tecnología string que permite crear mucho más rendimiento con inversores muy pequeños y optimizados.
Aquí, aparte de las grandes inversores string, también tenemos las megabaterías, que ya se están implantando en España. Son contenedores de 2 megawatios-hora y podemos conectar uno al lado del otro para hacer grandes plantas de almacenamiento de energía solar.
Si hay un país donde resulta rentable producir energía solar, ése es España
Esta es una tendencia mundial no solamente en los grandes campos solares sino también eólicos, es la manera de estabilizar las energías renovables. La energía eólica y solar va y viene en función de los propios recursos naturales y eso va metiendo picos y valles en la generación y cuando se mete en la red eléctrica provoca inestabilidades. Con el almacenamiento puedes controlar y regular que esta generación sea más estable.
Ahora ha salido una convocatoria para licitar 1 megawatio-hora de almacenamiento en puntos de interconexión. Esto es muy necesario hoy porque estamos viendo congestión en la red y no tiene sentido que en picos de generación eólica o solar, se descarte esa energía porque no
P. Hablabas de tres segmentos, ¿cuáles serían las otras áreas de actuación?
R. Si nos vamos a nivel industrial y comercial, que sería el siguiente segmento, estamos en el autoconsumo. En el área industrial, es un tema casi de supervivencia. Al sector industrial español y europeo, lo que más ha impactado en su cuenta de resultados, más que el covid, ha sido la crisis energética. Hay empresas en las que la subida de la luz tiene un impacto de 10 puntos en sus cuentas. Eso amenaza realmente su supervivencia.
Aquí, la opción de las energías renovables no es tanto por respeto al medio ambiente, como por una cuestión de pura supervivencia. Competir con otros ecosistemas en los que la energía es mucho más barata o que no han tenido la dependencia geopolítica del mix energético que tenemos nosotros nos hace perder competitividad.
Las industrias tienen que invertir en energías renovables y almacenamiento masivo por pura supervivencia
En cambio, España es un lugar privilegiado estratégicamente a nivel de extensión y superficie con radiación solar. Si hay un país donde resulta rentable producir energía solar es en España. De manera que, si podemos generar autoconsumo para el sector industrial que está sufriendo tanto y garantizarle un precio y una energía libre de emisiones, estamos nutriendo a nuestro país de las capacidades para que se vuelva a reindustrializar
El poder invertir en comercial, industrial, solar y almacenamiento va a hacer que ecosistemas que han desaparecido de España regresen a nuestro país porque va a ser un foco energéticamente atractivo. En autoconsumo estamos viendo un boom desbocado.
Estamos nutriendo a nuestro país de las capacidades para que se reindustrialice porque va a ser un foco energéticamente atractivo
P. Y cuál sería la tercera pata de la energía solar?
R. Sería el área residencial. Aquí se trata un poco de entender la vida de forma diferente. Hasta ahora, hemos estado consumiendo un poco ajenos a cuál era nuestra huella de carbono: enchufo la lavadora cuando quiero, dejo las luces puestas… Y, cuando hemos visto, por un lado, la crisis energética y, por otro, la concienciación social cada vez mayor de la necesidad de reducir la huella de carbono, es cuando nos hemos planteado como ciudadanos que había que actuar. Aquí, nuestra propuesta es el autoconsumo residencial. Una herramienta muy sencilla que se consigue con una inversión muy baja.
P. ¿De cuánto dinero estamos hablando? Porque no hay que olvidar que el precio sigue siendo un argumento disuasorio en el cambio de hábitos hacia la sostenibilidad…
R. Hay que cambiar nuestra forma de pensar. Este tipo de instalaciones no cuesta lo que vale un coche y todos sabemos que tenemos que acabar comprando un coche eléctrico. Hacer que tu casa sea energéticamente autosuficiente y eficiente cuesta la cuarta o la quinta parte de cualquier coche eléctrico. Es algo que puede afrontar la mayor parte de las familias.
Tal y como está subvencionado en la actualidad, prácticamente cualquier persona puede hacerlo. La única condición es tener tejado.Te sale sí o sí rentable. Hay múltiples ayudas: están las subvenciones directas, están los ahorros municipales que puedes tener por el IBI (el 50% del IBI), los incentivos fiscales del IRPF por hacer que tu casa sea un 30% más eficiente y por hacer que tu casa tenga una huella negativa de carbono… Pones todas estas ayudas y la instalación media la has hecho rentable en tres años. Si te vas a una instalación más compleja, con almacenamiento y demás, la rentabilizas en unos 5/6 años.
P. Hoy en día, todo el tema energético está ‘on fire’ nunca mejor dicho, ¿es una moda pasajera o es una tendencia que ha venido a quedarse?
R. La pregunta es muy acertada y nos la hemos hecho todos en algún momento porque, de cara a abordar este negocio, cualquier empresa que se meta (un fondo, un fabricante, una distribuidora, un electricista, un constructor) tiene que saber cuál es el espacio de negocio a medio y corto plazo. Todos hemos visto lo que ocurre en un país cuando las políticas son cambiantes. Hoy es boom y mañana catapum.
Todos hemos visto lo que ocurre en un país cuando las políticas son cambiantes: hoy es boom y mañana catapum
Pero creo que hoy está claro que estamos en el momento adecuado. Primero, porque partimos de políticas mundiales muy definidas. Todos los países tienen objetivo de descarbonización, en Europa, en China, en EEUU, en La India. Existe una agenda mundial hacia la neutralidad del carbono. Y esas políticas son generales, no son aisladas. Y cuando esas políticas se aterrizan a nivel continental, como es el caso de Europa, ves una determinación.
No son pasos tímidos, del tipo de “vamos a incentivar las baterías este año”. No. El planteamiento es determinante: “vamos a quitar los coches de combustión”. Y ¿de qué se van a cargar? De electricidad. Si la electricidad se hace a partir de gas o de carbón, estamos en las mismas. Entonces, ¿de qué se van a cargar esos coches que van a ser puramente eléctricos a partir de 2035? De energías renovables. Es decir, se está formando la tormenta perfecta: hay una intención mundial, hay una intención regional y una intención local.
En energías renovables se está formando la tormenta perfecta: hay una intención mundial, una intención regional y una intención local
España, como te decía antes, es un país privilegiado. Tiene de media más horas de sol que cualquier otro país de Europa y, además, tenemos extensión. La gran y famosa España vaciada tiene un papel fundamental en esta transformación ecológica e industrial de España. Puede ser la generadora de la energía que necesitamos como motor económico nacional. E incluso, por nuestra extensión, podríamos exportar energía a nuestros vecinos europeos y de otros continentes. Es decir, tenemos un emplazamiento único De ahí que tengamos tanto foco y todo el ecosistema está pendiente del desarrollo.
La España vaciada puede ser la generadora de la energía que necesitamos como motor económico nacional
Sabemos que hay un Plan Nacional de Eficiencia Energética que tiene por objetivo oficial 39 gigas de generación fotovoltaica en grandes plantas solares para el 2030. Y sabemos también que están en discusiones ahora para acelerar y empujar ese objetivo por encima de los 50 y los 60 gigas. Si España es capaz de fabricar esos 40 gigas en pocos años, nuestra independencia energética, incluso nuestra hegemonía energética es un hecho. No sólo no vamos a depender ya de combustibles fósiles, sino tampoco de ningún país que nos ofrezca una energía alternativa. Este es un movimiento que tiene difícil deceleración.
P. ¿Hasta cuándo puede crecer este mercado?
R. Este mercado se está duplicando año a año. No podemos crecer a una escala infinita. ¿Dónde estará el punto de inflexión? Tenemos una visibilidad clara hasta 2030 que augura muy buenas expectativas, pero es que tenemos datos que nos hacen vislumbrar un horizonte muy positivo también más allá de 2030.
Si España es capaz de fabricar 40 gigas en pocos años, nuestra independencia e incluso hegemonía energética es un hecho
La prohibición de vender más coches de combustión y la obligatoriedad de coches eléctricos y de cero huella de carbono hace que esto no haya hecho más que empezar. Es decir, hay que transformar el consumo de las energías fósiles en consumo de energías renovables. Hay que electrificar toda esta energía. Es una cantidad de energía que ahora no se está generando.
En otras palabras a partir de 2035 hay que generar muchísima más energía. Es algo a muy largo plazo. Y esto nos lleva a la movilidad eléctrica. ¿Cómo vamos a cargar todos estos vehículos? Es necesario crear una infraestructura nacional y europea de red de carga. Que uno pueda coger el coche tranquilo en cualquier momento y no ir preocupado de si tiene más autonomía o menos autonomía, si recargar el coche te lleva 10 minutos te da igual que tenga 200 o 500 kilómetros de autonomía. La red de carga en España hoy va un poco por detrás.
P. Un poco por detrás es ser muy optimistas, ¿no? Según todos los informes estamos muy, muy lejos de lo que necesitamos para alcanzar los objetivos de 2025 y de 2030 ¿Qué hace falta para impulsar la red de carga?
R. En Huawei siempre miramos a muy largo plazo. No nos vamos a limitar a la carga residencial y privada. Esta es una línea de producto. Nuestra intención es poder ayudar a que la red de carga de extremo a extremo sea desplegada a la mayor brevedad posible. ¿Cómo hacemos esto? En primer lugar, hemos detectado que gran parte de nuestros clientes que prueban la energía solar quieren dar naturalmente el paso hacia la movilidad eléctrica. Si te sobra energía, no compensa regalársela a la comercializadora. ¿No puedo hacer algo con esa energía? Se preguntan. La respuesta: recargar el coche eléctrico.
Nosotros nos planteamos todo como un ecosistema: la casa o el hogar se convierte en un centro donde hay que hacer una gestión inteligente de la energía inteligente y el ciudadano no tiene por qué ser un técnico ni un friki de la ingeniería. Queremos que todo el mundo pueda acceder a estas soluciones. Que el usuario ciudadano no tenga que hacer cábalas sobre a qué precio está el megawatio-hora ni nada similar. Tiene que entrar a casa y saber que cuenta con un sistema inteligente por encima que se lo esté gestionando todo y además de una manera completamente segura.
P. En Huawei insistís precisamente mucho en el tema de la seguridad
R. Sí. Aquí quiero hacer un inciso. El mercado doméstico es un mercado donde muchas veces la gente prima lo económico por encima de la calidad. Hoy en día, la penetración es todavía muy baja: quizás haya 400.000 hogares con fotovoltaica. Y, como hay pocos hogares, hay pocos accidentes. Pero cuando todo esto se escale, puede volverse muy peligroso. Nos vamos a encontrar que donde antes había casas con 3,6 o 4 kw contratados pasan a tener 15 kw. Y todo este aumento de intensidad y potencia puede acarrear muchos problemas de seguridad. En Huawei insistimos mucho en este aspecto.
En nuestro caso, además, toda la digitalización e innovación que hemos acumulado en el mundo de las telecomunicaciones nos ha permitido traer la inteligencia al mundo de la energía, que tradicionalmente no era un sector muy inteligente. Huawei está revolucionando el mercado energético con la inteligencia artificial: nuestras baterías son inteligentes, nuestras instalaciones son inteligentes, el cargador es inteligente.
Huawei está revolucionando el mercado energético con la inteligencia artificial
P. Y volviendo a la carga pública o semipública, ¿cuáles son los principales obstáculos en el desarrollo de la infraestructura de carga pública?
R. Todos los que entienden del sector se quejan del tema regulatorio, pero yo creo que la regulación está ahí para ayudar a que las cosas salgan. Y se puede ayudar incentivando o simplificando. El autoconsumo está incentivado y está viviendo un despegue brutal. Así que hay que hacer lo mismo con la carga eléctrica. Y, si instalar un punto de carga es un problema en los permisos que necesitas, acaba por no ser rentable. Las cosas ya están inventadas. Si queremos que a partir de 2035 todos los coches sean libres de emisiones habrá que buscar la manera de ayudar con la red de carga.
P. ¿Qué está haciendo Huawei en carga pública?
R. Ahí estamos viendo una tendencia clara hacia la carga rápida. En este caso, como es un mercado en el que la integración local es fundamental, Huawei prefiere dar un paso atrás y quedarse como socio tecnológico. Es decir, queremos que se fabriquen cargadores de carga rápida en España con tecnología Huawei. En otras palabras, nosotros no vamos a fabricar cargadores de carga rápida que podamos vender al público final o a las empresas. Lo que vamos a hacer es vender módulos de carga y toda la parte de gestión inteligente de energía a fabricantes españoles para que ellos puedan fabricar sobre la base de Huawei.