La industria automovilística europea se enfrenta a una de las situaciones más complicadas de las últimas décadas, en parte debido a la mala planificación y legislación de la Unión Europea. Por si los problemas fuesen pocos, la situación sigue empeorando. Uno de los fabricantes chinos que planeaba establecerse en Europa acaba de anunciar la cancelación de los proyectos que tenía previstos.
El fabricante de baterías chino SVOLT ha anunciado oficialmente que suspenderá sus operaciones en Europa a partir del 31 de enero de 2025. Este movimiento significa la cancelación definitiva de sus proyectos, tanto en la planta de celdas de Überherrn como en la fábrica de ensamblaje de módulos y paquetes de baterías en Heusweiler, ambas en el estado federado de Sarre, en Alemania.
La compañía china de baterías había planeado construir una fábrica de ensamblaje de módulos y paquetes, aunque la verdadera joya del proyecto era la fábrica de celdas de baterías en Überherrn. El Ministerio de Economía del Sarre ha señalado que SVOLT presentó la decisión como una medida de estrategia empresarial, motivada en parte por la debilidad del mercado europeo de vehículos eléctricos. Esta declaración refleja los problemas de competitividad y demanda que enfrenta Europa en comparación con otros mercados, especialmente China, pero también Estados Unidos.
La empresa china solicitó al gobierno del Sarre mantener un diálogo para gestionar los próximos pasos, aunque la salida parece ser definitiva. En mayo de 2024, SVOLT ya se echó atrás con los planes de construir otra fábrica de baterías en Lauchhammer, en Brandeburgo, aunque en ese momento continuaba con sus planes en Sarre, lo que daba cierta esperanza a la región de convertirse en un polo importante en cuanto a producción de baterías.
Sin embargo, los problemas comenzaron a acumularse. Según el medio alemán Saarländischer Rundfunk (SR), SVOLT ya habría abandonado la planificación de su fábrica en Linslerfeld, también cerca de Überherrn, hace algunos meses, en respuesta a las dificultades del mercado europeo de automóviles eléctricos. La situación se complicó aún más cuando uno de sus principales clientes, BMW, se retiró del proyecto, eliminando una pieza clave de la cadena de suministro proyectada para la nueva instalación.
Con la salida de BMW, SVOLT perdió una parte importante de la demanda prevista, lo cual afectó la viabilidad del proyecto en su conjunto. Esto, sumado a la débil demanda del resto del mercado, ha sido determinante para el abandono definitivo de la inversión en Europa.
El abandono de Svolt es un nuevo varapalo para la industria europea. En los últimos meses se están sucediendo las cancelaciones de proyectos, retrasos o reducciones en la magnitud de los planes previstos inicialmente. Una situación que tendrá consecuencias económicas y geopolíticas, pues reducir la dependencia de las baterías chinas es un objetivo estratégico de la Unión Europea.
Solamente en la región del Sarre, hace pocos días se anunció la cancelación de una fábrica de semiconductores que planeaban construir Wolfspeed y ZF, un proyecto que se consideraba clave para modernizar el parque industrial de la región. Otro punto conflictivo es la planta de Ford en Saarlouis, cuya continuidad está en el aire y es fuente de incertidumbre. La situación también afecta a otros actores industriales de la zona, como Michelin en Homburg y Thyssenkrupp en Wadern-Lockweiler, que están en proceso de reducción de operaciones, mientras que Bosch en Homburg enfrenta una ola de despidos masivos.
De acuerdo con información del SR, la filial europea de SVOLT habría contratado a un bufete de abogados para iniciar el despido de sus empleados, y aproximadamente la mitad de la plantilla de 50 trabajadores de SVOLT en el Sarre ya habría sido desvinculada. La situación ha llegado a los tribunales, con al menos tres demandas por despido presentadas ante el Tribunal Laboral de Saarbrücken.