Tesla quiere ir más allá de ser el protagonista del cambio del sistema de propulsión de los automóviles. Su revolución afecta a todo el proceso de creación de los coches, desde los materiales necesarios para su fabricación hasta el proceso de producción, donde Tesla está poniendo todo su potencial.
Su CEO, Elon Musk, cree que la compañía necesita repensar radicalmente todos los métodos de fabricación convencionales con el objetivo de construir un gran volumen de coches eléctricos más asequibles y más rentables.
El nuevo sistema ideado para ensamblar sus vehículos creó un revuelo casi instantáneo entre los expertos en el momento que fue presentado. Tesla todavía está probando varios elementos de este nuevo sistema. Uno de ellos es el empleo de grandes subchasis delanteros y traseros construidos sobre piezas fundidas de una sola pieza que luego se unen a un paquete de batería estructural central. Los paneles de la carrocería se pintan por separado y luego se unen al final del proceso de ensamblaje.
La batería estructural y las grandes piezas del chasis dan lugar a un proceso denominado "sin caja" por Musk que, en su opinión, supone un cambio radical que revisa todo el procedimiento actual.
Los inversores han estado esperando a que Tesla, que aparece hoy en día como el fabricante de automóviles más valioso del mundo, anuncie ‘el santo grial de la empresa’: un vehículo eléctrico asequible que cueste unos 25.000 euros. El nuevo proceso de ensamblaje es clave en este propósito.
Un nuevo sistema con procesos revolucionarios
Varios han sido los expertos cercanos a Tesla que han calificado el proceso como "revolucionario" y con potencial de cambiar completamente las líneas de montaje móvil tradicional de la industria de la automoción. Sin embargo, otros cuestionan si un proceso que se basa en técnicas previamente probadas, como el ensamblaje modular, puede contribuir a reducir drásticamente los costos de producción.
Cuando fue revelado el pasado 1 de marzo durante el Día del Inversor, los ejecutivos de Tesla aseguraban que los coches eléctricos de la próxima generación de la compañía serían "significativamente más simples y asequibles". El nuevo proceso podría llegar a rebajar los costes de producción a la mitad y reducir la huella de carbono en un 40%. El objetivo final es “fabricar más vehículos a un coste inferior”.
Todo el conjunto de innovadoras técnicas no se probará por completo hasta finales de 2024 cuando se implemente en la nueva planta de Tesla en Monterrey, México. De allí saldrá la nueva generación de vehículos eléctricos capitaneados por el próximo Model 2.
Algunos expertos creen que este tiene el potencial de reducir o al menos eliminar elementos clásicos dentro de las fábricas de automóviles: el estampado, la soldadura y la pintura de carrocerías para enviarlas a una larga línea de ensamblaje donde se unen los asientos, los motores y otros componentes.
Los riesgos que marcan las diferencias entre el método de Tesla y el de Toyota
Ante tanta innovación, surgen varias preguntas importantes: ¿Qué tipo de impacto tendrá el proceso de Tesla en la industria automotriz en general? ¿Puede Musk realmente hacer que el proceso funcione según lo prometido, dado el historial de Tesla de incumplimiento de plazos de producción?
Martin French, director gerente de Berylls, una consultora enfocada a estudiar el cambio de la industria hacia la movilidad eléctrica e inteligente, se hace la pregunta más importante. ¿Podrá Tesla cambiar los procedimientos tradicionales con décadas de antigüedad iniciados por Toyota, el líder de la industria?
El investigador alemán Jan-Philipp Büchler, de la Universidad Libre de Dortmund, cree que el nuevo proceso de Tesla es "revolucionario". Agrega que “es mucho más que una producción modular: elimina pasos que antes eran estándar, crea nuevos patrones de trabajo y aumenta la velocidad reduciendo la complejidad”.
Gurús en la metodología Lean, una innovadora forma de gestionar las empresas basada en la eliminación de tareas que no aportan valor, como James Womack y Hide Oba, encuentran diferencias clave entre la forma de producción de Toyota y la revisión propuesta por Tesla.
En esencia, el método Tesla "es un proceso de ensamblaje", mientras que Toyota ha desarrollado un "sistema de gestión de producción", mucho más amplio y completo, que ayuda a los fabricantes de automóviles a ejecutar procesos de ensamblaje y operaciones relacionadas de manera más eficiente, dijo Womack, profesor del Instituto de Massachusetts de Technology.
Uno de los riesgos, mencionado por Oba (consultor independiente de manufactura esbelta), es lo que él describe como la "rigidez" del sistema sin caja. Oba trabajó anteriormente para el Centro de soporte del sistema de producción de Toyota, una división que ayuda a los proveedores del fabricante de automóviles y otros a implementar el TPS (Toyota Production System).
El proceso de Tesla "no funcionará a menos que la producción de estos módulos de vehículos (subchasis+baterías) esté completamente sincronizada y los bloques terminados lleguen al ensamblaje final justo a tiempo", dijo.
Otra cuestión es si Tesla puede producir vehículos de diferentes tamaños y estilos de carrocería en la misma línea de producción con este sistema. “Supongo que eso es casi imposible”, aseguró Oba. El sistema con el que Tesla ha cortado o "desempaquetado" el vehículo en varios bloques grandes es muy radical. Las dimensiones de esos bloques no parecen ofrecer mucho espacio para las diferentes variantes de fabricación.
En lugar de una ventaja, “ya que en el futuro la línea de modelos de Tesla será más variada y compleja, esto podría convertirse en un lastre para la eficiencia general de la compañía”, aseguró.