El ritmo inicial de adopción de una nueva tecnología es un indicativo decisivo de la evolución y el tiempo que tardará en generalizarse. Precisamente, convencer a todos de sus ventajas puede resultar difícil en un principio. Como ejemplo, el horno microondas necesitó 20 años para estar presente en la décima parte de los hogares hasta que en la década de 1980 se generalizó en todas las cocinas.
Según un estudio realizado por Bloomberg Green, en el que refleja las tasas de adopción de los vehículos eléctricos en todo el mundo, este ya ha pasado esa primera fase de ralentí para alcanzar ahora la parte rápida de la curva de ventas. El año pasado, las conclusiones de este mismo análisis reflejaban que 19 países habían superado un punto de inflexión crítico para los vehículos eléctricos: el 5% de las ventas de automóviles nuevos funcionan únicamente con electricidad. Los expertos consideran que ese umbral del 5% es el detonante de las preferencias en el cambio tecnológico y señala el inicio de una adopción masiva. Desde entonces, cinco países más han dado el salto.
Los recién llegados son España, Canadá, Australia, Tailandia y Hungría, que se unen a los que ya lo han alcanzado, como China, Estados Unidos y la mayor parte de Europa occidental. La trayectoria trazada por estos primeros usuarios muestra cómo los vehículos eléctricos pueden pasar del 5 al 25% de los automóviles nuevos en sólo cuatro años.
La importancia del 5%
Las nuevas tecnologías que hoy se consideran imprescindibles y que han sido las más exitosas (televisores, teléfonos móviles, bombillas LED) han seguido una curva de adopción en forma de S: las ventas se mueven lentamente en la fase de adopción temprana y rápidamente una vez que la tecnología se generaliza.
En el caso de los vehículos eléctricos, el 5% también parece convertirse en el punto de inflexión. El tiempo que se tarda en llegar a ese nivel varía mucho según cada país, pero esa línea estimula la resolución de los desafíos: el precio de los automóviles, la disponibilidad de los cargadores y el escepticismo de los conductores. A partir de aquí, las cosas cambian radicalmente. Los países que cruzan este punto de inflexión han experimentado la aceleración de la tasa de adopción, con un crecimiento medio de las ventas del 55% en el último trimestre en comparación con el mismo período del año anterior.
La India, el próximo 5%
El próximo gran mercado que alcanzará este punto de inflexión es La India, el tercer mercado automovilístico más grande del mundo después de China y Estados Unidos. Allí, los vehículos eléctricos representaron el 3% de las ventas de automóviles nuevos en el último trimestre, duplicándose respecto a los seis meses anteriores.
Los fabricantes de automóviles locales de La India han invertido con fuerza en el sector de la electrificación. Una muestra de ellos es la reunión en junio del director ejecutivo de Tesla, Elon Musk, con el primer ministro indio, Narendra Modi. El fabricante pretende ingresar al mercado "tan pronto como sea humanamente posible".
El laboratorio noruego
Más adelante, como ocurre con cualquier tecnología nueva, esa tasa de crecimiento se desacelerará a medida que el mercado se acerca a la saturación y alcanza la parte superior de la curva S de adopción.
En Noruega, el país pionero a nivel mundial en vehículos eléctricos, el crecimiento parece estar desacelerándose después de alcanzar el 80% de cuota de mercado.
¿Hay un punto de inflexión también para los híbridos enchufables?
El análisis anterior es válido para el caso de los vehículos que funcionan únicamente con baterías. Sobre todo en Europa, algunos países han ido más rápido a la hora de adoptar los híbridos enchufables, con motores eléctricos respaldando al de gasolina y baterías más pequeñas. Sin embargo, en otros países como Estados Unidos y China no han tenido tanta repercusión, y el paso se está produciendo directamente a vehículos totalmente eléctricos.
Sin embargo, dado que esta tecnología no requiere el mismo nivel de infraestructura y no cambia de manera tan radical los hábitos del conductor, en su caso, la fase inicial de adopción es más errática y puede llevar a comienzos en falso. Incluyéndolos, en el mundo se vendieron más de 10 millones de vehículos enchufables en 2022, una cifra que podría triplicarse de aquí a 2027, según las previsiones de BloombergNEF.
Tal es así, que un nuevo modelo híbrido enchufable que se popularizase en los grandes mercados podría aumentar la cuota de mercado en varios puntos porcentuales sin significar un cambio generalizado importante en las preferencias de los consumidores.
De hecho, en los países que más han electrificado su mercado, no se alcanzó un punto de inflexión que permitiese ver un incremento constante de ventas de esta tecnología hasta que se alcanzó una cuota del 10% por ciento sumando híbridos enchufables y eléctricos.
Los umbrales de los fabricantes
El concepto de punto de inflexión se ha utilizado para entender los umbrales de precios que desencadenan una adopción más amplia. En los primeros días de las energías renovables, por ejemplo, llegar al punto en que resultaba más barato instalar nuevos parques solares que construir nuevas plantas de carbón aceleró la demanda solar por parte de las empresas de servicios públicos.
Los costes de transición pueden ser asfixiantes hasta que las ventas se generalizan. Los fabricantes de automóviles también tienen un punto de inflexión: el umbral en el que las ventas de vehículos eléctricos se refuerzan a sí mismas.
A veces, el propio volumen de ventas puede marcar ese punto de inflexión. Cuando Tesla comenzó a vender el Model 3 en 2017, tuvo grandes problemas por no poderlo fabricar lo suficientemente rápido como para reducir los costes. Los ejecutivos de Tesla determinaron que alcanzar una producción de más de 5.000 unidades semanales iniciaría un círculo de costes decrecientes e incremento de ventas.
El crecimiento continuo de los vehículos eléctricos depende de la capacidad de los fabricantes y sus proveedores para realizar inversiones ciegas antes de que la demanda se haya materializado por completo. Entre ellas, está la reestructuración de las fábricas y la reconfiguración de las cadenas de suministro. Para lograr la máxima reducción de costes, es necesario rediseñar todo el vehículo teniendo en cuenta la electrificación.
Conclusión: ¿es inevitable la transición global a los vehículos eléctricos?
Hasta ahora, el 90% de las ventas mundiales de vehículos eléctricos se producen en China, Europa y Estados Unidos. Los países responsables de, aproximadamente, un tercio de las ventas de automóviles a nivel mundial todavía tienen que superar este punto de inflexión. Sólo cuatro de los 20 países más poblados lo han alcanzado ya. Incluso si los círculos de demanda continúan ampliándose, no está claro si el sector de la minería podrá mantener el ritmo de demanda de los materiales críticos para las baterías.
Las ventas globales de nuevos motores de combustión interna alcanzaron su punto máximo en 2017. Actualmente, el crecimiento neto de las ventas de automóviles está impulsado exclusivamente por los vehículos eléctricos. Se trata de una tendencia que, según los pronósticos de BloombergNEF, continuará así hasta que el automóvil propulsado por gasolina sea una “curiosidad de museo, ya sea que eso lleve otra década o cinco”.
Pronosticar los tiempos reales de adopción de esta tecnología es un asunto complejo. Incluso las perspectivas más cautelosas pueden verse desviadas por interrupciones en la cadena de suministro, cambios económicos, decisiones políticas, quiebras y por la costumbre popular. La ventaja del enfoque basada en los puntos de inflexión es que revela una serie de curvas de adopción que, al menos, se sabe que son posibles porque ya han ocurrido.
Aplicando el marco a todo el planeta, el punto de inflexión de los vehículos eléctricos se superó en 2021. En definitiva, si las tendencias se mantienen, el resto de esta década será recordada por hacer con los coches eléctricos lo que la década de 1980 hizo con los hornos microondas.