El Yangwang U9 es uno de los superdeportivos chinos del momento y hace poco estuvo en Nürburgring marcando tiempos. Y aunque tiene la friolera de 1.306 caballos y toda la tecnología de un coloso como BYD, su tiempo está bastante lejos de los deportivos de referencia. ¿Por qué?
La potencia sin control no sirve para mucho (o directamente para nada). Y aunque tengas mucha potencia, si te sobran unos kilos (o muchos), nunca serás el más rápido. Hablamos de coches, cómo no, y de un caso curioso como el superdeportivo eléctrico chino Yangwang U9, una marca de BYD.
El equipo encargado de poner a punto el coche estuvo hace unas semanas en Nürburgring-Nordscheleife, el circuito donde cualquier coche prestacional que se precie debe demostrar su valía como deportivo. La enorme longitud del trazado (20,8 kilómetros) pone a disposición una gran cantidad y variedad de curvas de todo tipo, cambios de rasante espectaculares, unos 300 metros de desnivel y una recta principal casi interminable y en subida. El laboratorio perfecto para cualquier deportivo.
Allá que se fueron los chinos con este superdeportivo eléctrico de 1.306 caballos (960 kW) y cuatro motores, uno por rueda. Con esta potencia, era previsible que fuese rápido: 1.306 caballos corren mucho. De hecho, en la recta principal alcanzó los 391,94 km/h de velocidad punta. Pero antes de llegar a la recta hay unas 150 curvas, y ahí está la clave. El mejor tiempo del Yangwang U9 fue de 7 minutos y 17,9 segundos (7:17.9), un tiempo que, ojo, no está nada mal, pero está lejos de los mejores.
Comparándolo con otros eléctrios, el Yangwang U9 es diez segundos más lento que un Porsche Taycan Turbo GT (7:07.55), una berlina de cuatro puertas con la que puedes ir al circuito con toda la familia, dar unas vueltas y después volver a casa como si nada. Si nos fijamos en superdeportivos, el Rimac Nevera dio una vuelta al Infierno Verde en 7:00.928, diecisiete segundos menos que el U9. Bien es cierto que tiene 600 caballos más y cuesta unas diez veces más. Pero la mayor diferencia viene al comparar el tiempo del U9 con los mejores coches de combustión, y aquí sale a relucir el mayor problema de estos eléctricos: el peso.
El Yangwang U9 pesa 2.475 kilos en vacío. Esto significa que con todos los líquidos correspondientes y un conductor de talla media, se queda fácilmente en torno a las 2,6 toneladas. Y eso explica por qué un Porsche 911 GT3 RS (992), con tres motores menos que el U9 y sólo 525 caballos, sea muchísimo más rápido: 6:44.84. Hay unos mil kilos de diferencia entre ambos coches (el Porsche pesa 1.525 kg) y eso son muchos kilos. No entraremos aquí a valorar la mayor experiencia de Porsche en poner a punto algunos de los mejores deportivos del mundo, que evidentemente también influye.
Un tiempo similar logró el Lamborghini Aventador SVJ (6:44.97) con casi la mitad de potencia que el superdeportivo chino. Actualmente el récord del coche de producción más rápido en Nürburgring lo tiene el Mercedes-AMG One, con un tiempo de 6:29.090. No es precisamente un peso pluma, pero su radical aerodinámica y su motor híbrido de Fórmula 1 (literalmente) lo convierten en un auténtico misil. Una potencia absurdamente alta puede ser eficaz para conseguir un 0 a 100 km/h que atraiga titulares, pero en las curvas, el peso es el peor enemigo. Y ahí los eléctricos tienen, por ahora, un hándicap importante.
