Según los últimos datos del Observatorios Europeo de Combustibles Alternativos (EAFO por sus siglas en inglés), la Unión Europea tiene ya 500.000 puntos de recarga instalados en todo su territorio. Países Bajos, Francia y Alemania son los países en los que más cargadores hay, como ha destacado la Asociación Europea de la Electromovilidad (AVERE).
La organización explica que, para contabilizar estos puntos de recarga pública, se han tenido en cuenta dos tipologías diferentes, dividiéndolos en dos grupos: los de corriente alterna (AC) y los de corriente continua (DC). Separando las cifras entre ambos, hasta ahora los puntos instalados son en su mayoría del tipo AC, contabilizándose un total de 455.902, frente a los 56.437 de tipo DC.
Es decir, tan solo el 10% de ellos son puntos de carga rápida, que son los que, al menos, alcanzan potencias de 50 kW. A partir de esta potencia, se consideran puntos de recarga ultrarrápida de Nivel 1 los que están en los 150 y los 320 kW y de Nivel 2 los que superan esta última.
La realidad de las cifras
La clasificación de las tipologías de puntos de recarga se estructura por la utilidad de cada uno de ellos. Así, los puntos de recarga en corriente alterna son aquellos que van desde potencias de 3,7 kW (alterna monofásica), muy lenta y básica hasta 22 kW (alterna trifásica). Son conocidos como los puntos de recarga de oportunidad.
Su ubicación más habitual son los centros comerciales, restaurantes, hoteles y otro tipo de localización en la que el coche permanece aparcado un cierto tiempo, de manera que tenga la posibilidad de recuperar algunos kilómetros de autonomía sin que su uso se generalice para recargar por completo la batería.
En estos puntos, los propietarios tienen que hacer uso de un cable del que deben disponer en su vehículo eléctrico y sirven para aprovechar una parada larga para recuperar parte de la autonomía que han utilizado para llegar a estos lugares. En muchos casos, estas recargas son gratuitas ya que el establecimiento que las monta trata de utilizarlos como reclamo para los visitantes.
Los puntos de recarga en corriente continua son aquellos que superan la potencia de 50 kW. En este caso la recarga sigue un proceso diferente. Tanto el cable como el conector se sitúan en el puntos de recarga y el propietario solo debe arrancar una sesión de carga y conectarlo a su coche. Suelen ser puntos de pago porque se emplean voltajes e intensidades muchos más altas con el objetivo de recuperar la máxima capacidad en el mínimo tiempo.
La recarga rápida es aquella que se utiliza para realizar viajes largos. Si bien los 50 kW se consideran una recarga rápida, un coche eléctrico actual, con 50 kWh de capacidad en su batería necesitaría una hora para recuperarla por completo, suponiendo que el punto suministrase esta potencia durante todo el proceso y que el coche la admitiese, algo que no ocurre por protección de la batería.
Por eso, los puntos que realmente son interesantes son los que ofrecen al menos 100 kW de potencia, aunque lo ideal es que al menos hoy alcancen los 150 kW y que en un futuro puedan llegar a los 350 kW. Los tiempos de recarga que se consiguen con estas potencias para pasar del 10 al 80% de la capacidad son inferiores a media hora, lo que ya supone una parada algo más larga que la que se necesita para repostar combustible.
Por lo tanto, en las cifras ofrecidas por EAFO hay que tener en cuenta esta diferenciación que suponen a la hora de la recarga de un coche eléctrico. No es lo mismo la necesidad del día a día, que se solventa con puntos de recarga vinculada (en casa) o de oportunidad, que las de los viajes largos, que precisan puntos de alta potencia, mucho más escasos.
En España, el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia para 2023 contemplaba la instalación de 100.000 puntos de recarga públicos. Sin embargo, según los datos del EAFO, recogidos a finales de 2022, el total era de 34.380 puntos de todo tipo. Por otro lado, de acuerdo con el mandato de la Ley 7/2021 de cambio climático y transición energética, las estaciones de servicio con ventas superiores a los 10 millones de litros de gasolinas y gasóleos en 2019 deberán instalar al menos un punto de recarga de potencia igual o superior a 150 kW. Más de 200 gasolineras están incluidas en este grupo.