No es ningún secreto que el año 2024 ha sido un año malo en lo que a intereses eléctricos se refiere. El mercado eléctrico internacional, a excepción de China, ha visto reducir su participación. Las ventas se han contraído en algunas zonas del mundo, como Estados Unidos y Europa. La llegada de Donald Trump al Despacho Oval ya es una realidad. El 47 presidente de Estados Unidos no parece muy amigo de la movilidad eléctrica y su llegada ha sacudido a la industria. Tal es así que Stellantis acaba de paralizar el desarrollo de uno de sus coches eléctricos más ambiciosos, el primero de Chrysler. Se trata de una suspensión, no de una cancelación total.
Cabe la pena precisarlo porque son decisiones muy diferentes. Chrysler, englobada en la órbita del Grupo Stellantis, es, posiblemente, la compañía del conglomerado más retrasada en lo que a materia de electrificación se refiere. Es el único fabricante que no ofrece un coche eléctrico entre sus filas y así seguirá siendo teniendo en cuenta la publicación de Carscoops. El medio americano asegura que el primer crossover eléctrico de Chrysler tardará mucho más de lo esperado en llegar a los concesionarios. La información ha quedado confirmada por la propia empresa.
El proyecto sufre problemas y cambios desde hace casi dos años
Chris Feuell, director ejecutivo de Chrysler, ha confirmado que “el programa está en pausa por ahora mientras evaluamos el mercado y las necesidades y deseos de nuestros clientes”. El segmento eléctrico de la compañía se queda huérfano de productos por tiempo indeterminado. Se trata de una decisión muy dura teniendo en cuenta las grandes esperanzas que Chrysler había puesto en el desarrollo. La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y su postura negativa frente a la movilidad eléctrica no han ayudado. Se espera que el presidente recorte las ayudas y las subvenciones públicas a la compra de vehículos eléctricos.
Tampoco es que sea muy favorable la situación que atraviesa el Grupo Stellantis. Tras la dimisión de Carlos Tavares el pasado 1 de diciembre, la compañía, el cuarto mayor conglomerado del mundo del automóvil, divaga por el desierto sin un rumbo fijo. La rama estadounidense está muy enfadada con las decisiones tomadas por el antiguo presidente. Compañías como Dodge, Jeep y la propia Chrysler se han quejado abiertamente de las estrategias comerciales. Tavares apostaba por la electromovilidad, pero el mercado americano no ha respondido como se esperaba. Las ventas de las principales marcas americanas han caído y lo que es peor, el horizonte no es muy positivo con ellas.
Ante esta situación, Chrysler no ha tenido más remedio que paralizar el desarrollo del que iba a ser su primer coche eléctrico. No es la primera vez que pasa. En el CES de 2022 la compañía presentó el Airflow Concept. Un prototipo que adelantaba las líneas del primer crossover impulsado con baterías. El objetivo era estrenarlo en 2025, pero en el transcurso de 2023 el proyecto ya fue inicialmente descartado. Sin embargo, casi a la par, Chrysler abrió un nuevo proyecto bautizado como C6X que esperaba presentar un primer modelo eléctrico en plazos similares. Esta vez basado en el concepto de diseño del Halcyon Concept de 2024. Nadie en la empresa ha querido comentar cuánto tiempo se retrasará el desarrollo. A Trump todavía le quedan cuatro años en la Casa Blanca.