En los últimos dos meses, Slate ha sido una de las marcas que más ha dado que hablar. No se trata de una start-up estadounidense más, si no de una que cuenta con el apoyo económico de Jeff Bezos, CEO de Amazon. Además, su primer proyecto llamaba la atención por sus características: un pick-up eléctrico con un precio de partida de menos de 20.000 dólares.
Hace poco tiempo que se filtró su existencia, pero ya se ha presentado de manera oficial y cumple con todo lo que prometía, con un modelo que ha adelantado a Elon Musk en la carrera por ofrecer un coche eléctrico barato.

Un modelo minimalista y asequible
Su diseño se filtró y, aunque parecía que era un prototipo de demostración, finalmente ha quedado claro que era el diseño del modelo de producción.
Es un pick-up de tamaño compacto, aunque no se han comunicado sus dimensiones concretas más allá de su longitud de 4,43 metros y su peso de unos 1.600 kilos; que presenta la configuración más sencilla para un vehículo de este tipo, con una cabina con capacidad para dos personas y la zona de carga de un metro y medio de largo. La sencillez es un leitmotiv en toda su concepción y clave para conseguir un precio tan reducido.
Para conseguir una tarifa de partida tan barata, la compañía ha apostado por ésta hasta el extremo, eliminando todo lo que no sea imprescindible, de manera que el modelo base cuenta con lo mínimo y luego cada cliente puede completarlo con una amplia variedad de accesorios que ofrecerá de fábrica la propia empresa.
Hay ejemplos de este enfoque en todas las áreas. A simple vista, las llantas base son de acero y tienen 17 pulgadas de diámetro, mientras que elementos mecánicos como la suspensión delantera, tipo MacPherson convencional, también buscan ahorrar costes. Sin embargo, es el interior donde más se nota esta filosofía.
El puesto de conducción es lo más sencillo posible, con un volante que solo tiene controles en uno de sus radios, un cuadro de instrumentos digital de tamaño mínimo detrás de éste y sin siquiera una pantalla central, pues en su lugar hay un soporte para que el teléfono móvil haga las veces de sistema multimedia.
Además, no tiene sistema de sonido al uso (la música sale por el altavoz del smartphone), los retrovisores se ajustan de manera manual y las ventanillas son de manivela, no eléctricas.

Sin embargo, esa naturaleza espartana se puede paliar con los accesorios que estarán disponibles, que serán más de 100 y afectarán a todos los aspectos del vehículo. Habrá elementos sencillos, como los elevalunas eléctricos, pero también kit de suspensión que la elevarán o la rebajarán, siendo lo más destacado una estructura rígida para la caja de carga que transforma el pick-up en un SUV.
De su apartado mecánico el fabricante ha confirmado que solo habrá una opción, un motor de 204 CV (150 kW) asociado al eje trasero con el que acelera de 0 a 100 km/h en 8 segundos y alcanza una velocidad máxima de 144 km/h. Éste se podrá combinar con dos baterías diferentes.
La de acceso tiene una capacidad de 52,7 kWh y con ella el pick-up anuncia una autonomía de 241 km por carga. Por encima estará disponible una opcional de 84,3 kWh de capacidad, con la que puede recorrer hasta 386 km. Ambas son compatibles con carga rápida en corriente continua a potencias de hasta 120 kW, con la que la marca anuncia que en 30 minutos pasan del 20 al 80% de su capacidad.
En cualquiera de los dos casos tanto la capacidad de carga como la de remolque son idénticas: la primera es de 635 kg y la segunda es de 453 kW.
El precio del Slate
El pick-up de Slate, que por el momento no ha recibido ningún otro nombre, anuncia un precio de partida de 20.000 dólares, cifra a la que llega contando con las ayudas estatales de 7.500 dólares.
En caso de no existir éstas, su precio de 27.500 euros seguiría siendo una cantidad muy ajustada que le haría destacar en el mercado estadounidense, en el que las camionetas eléctricas que hay tienen un perfil muy diferente, siendo más grandes, potentes, con mayor autonomía y también con tarifas más del doble de caras.
En su voluntad de poner en el mercado un modelo asequible, la compañía va a prescindir de concesionarios para reducir los costes lo máximo posible y ya admite reservas por un depósito de tan solo 50 dólares. Esperan que tenga un éxito notable, puesto que han anunciado que su producción estimada será de 150.000 unidades al año.
La fabricación del modelo se llevará a cabo en una nueva planta situada en Indianápolis, Indiana, y se espera que las primeras entregas a clientes tengan lugar en el último trimestre de 2026.