Estados Unidos, conocido como "el hogar de los patriotas y la tierra de la libertad", ha basado su identidad en el capitalismo, atrayendo a importantes marcas mundiales gracias a una legislación comercial muy flexible. Por otro lado, históricamente, también ha mostrado proteccionismo hacia sus empresas. Actualmente, China amenaza la industria automovilística estadounidense, lo que ha generado medidas para frenar la importación masiva de productos chinos.
El gobierno de Joe Biden tiene ambiciosos planes de electrificación, pero las preferencias de los conductores no siempre se alinean con estos objetivos nacionales. Para proteger sus marcas, el Ejecutivo americano incentiva la compra de vehículos fabricados en el país, utilizando la Ley de Reducción de la Inflación (IRA) como principal herramienta, ofreciendo fuertes subvenciones para quienes elijan coches americanos.
Más madera contra los coches eléctricos chinos
EE.UU establecerá un aumento de aranceles para la importación de vehículos eléctricos provenientes de China a partir del próximo 1 de agosto, que pasarán del 25% al 100%. En esa misma fecha, también se incrementarán los aranceles para la compra de baterías, microchips para la industria tecnológica y productos médicos, según informó la oficina del Representante Comercial de EE.UU. Además, se aplicarán incrementos arancelarios específicos para unas 387 categorías de productos.
La secretaria de Comercio de Estados Unidos, Katherine Tai, ha defendido las medidas propuestas por la Casa Blanca, afirmando que China "está robando propiedad intelectual estadounidense". Sin embargo, Tai ha recomendado exclusiones arancelarias para la importación de ciertas categorías de productos relacionados con la maquinaria industrial en China, incluidos equipos de fabricación de paneles solares.
La oficina de la representante comercial ha señalado que se proporcionarán detalles más adelante sobre cómo las empresas podrán solicitar estas exclusiones, advirtiendo que cualquier exclusión concedida será efectiva a partir del 31 de mayo de 2025.
Estos aranceles se implementarán gradualmente a lo largo de los próximos dos años. Según un comunicado del Gobierno, estas medidas comerciales punitivas impuestas por Washington contra Pekín abarcan productos en los que China "pretende tener una posición de control en su cadena de producción" o en sectores en los que Estados Unidos ha realizado inversiones significativas recientemente.
Además, la administración Biden mantendrá los aranceles establecidos por su predecesor, Donald Trump, incrementará los aranceles destinados a la industria del automóvil y duplicará los aplicados a los semiconductores hasta el 50%. Según los datos publicados por el Ejecutivo estadounidense, el impacto de estos aranceles en los intercambios comerciales entre las dos economías más grandes del mundo podría alcanzar los 18.000 millones de dólares (16.612 millones de euros), afectando a industrias como el acero, los minerales y las placas fotovoltaicas.
Por su parte, la Comisión Europea anunciará su decisión inicial sobre la postura del Ejecutivo comunitario respecto a la importación de vehículos eléctricos chinos el próximo 5 de junio.
Las baterías también se verán afectadas
Una de las categorías de productos más afectadas por la implementación de los aranceles serán las baterías de iones de litio, que podría experimentar un impacto de 13.200 millones de dólares (12.182 millones de euros) en importaciones.
Se espera que el aumento de los aranceles comience a aplicarse a partir del 1 de enero de 2026, afectando relaciones comerciales valoradas en más de 10.900 millones de dólares (10.59 millones de euros).
China no se queda callada
En respuesta, China ha planteado incrementar sus aranceles a los vehículos importados como contramedida a las medidas de los países occidentales. De hecho, Pekín está considerando elevar los aranceles al 25% para los vehículos importados de gran cilindrada. En un comunicado publicado este miércoles, la Cámara de Comercio de China en la UE ha asegurado "haber sido informada por personas conocedoras del sector" sobre esta posible alza de aranceles y ha destacado las "implicaciones" que tendría para los fabricantes europeos de automóviles.