Nadie puede negar que los ingleses han aportado mucho a la industria del motor. En su isla se encuentran la mayoría de sedes de equipos de la Fórmula 1, incluso de aquellos equipos que ni siquiera son ingleses. Su herencia automovilística es una de las más nutridas del mundo, sus ingenieros son de fama mundial y algunas de sus marcas traspasan cualquier límite conocido. Caterham es una de esas compañías que todo el mundo admira por la simpleza de su concepto. Fundada en 1973, la compañía de Graham Nearn se enfrenta ahora a uno de los mayores retos de su historia.
El Seven es y siempre ha sido el modelo más reconocible de la casa. Fue el primer coche que lanzó la marca y hoy sigue en producción. Pocas cosas han cambiado en él. Su ridículo tamaño, 3,34 metros de largo y 2,23 metros de distancia entre ejes, no debe ser infravalorado. Fiel a la filosofía de menos es más, el Seven siempre ha tenido en su ligereza la clave del éxito. Durante décadas, Caterham se ha esforzado por reducir al mínimo el peso. Mejor conducción, más velocidad y menos necesidades de potencia. Algunas unidades cuentan con mejor ratio peso-potencia que un Bugatti Veyron de más de 1.000 caballos.
Pero, al igual que el resto de fabricantes del mundo, Caterham está obligada a mirar al futuro donde la electrificación toma el control. El problema es que su coche estrella es muy difícil de adaptar a la movilidad eléctrica. El principal escollo es el peso, pero también lo son la altura, la carrocería y el motor. Todos esos inconvenientes están siendo estudiados y trabajados por un equipo de ingenieros de primer nivel, tal y como ha confirmado el CEO de la compañía, Bob Laishley, a Autocar. Durante años, Laishley fue el responsable de la división Nismo de Nissan.
El Seven Electric está a punto de presentarse en sociedad y, según el máximo ejecutivo, servirá para que la compañía pueda meter el pie en el agua de los eléctricos. La verdad es que ya hace tiempo que Caterham avisó de estas intenciones. Fue en el año 2021 cuando surgieron los primeros rumores. Hoy, con la confirmación encima de la mesa, los chicos de la compañía inglesa nos proponen un formato que hasta ahora no habíamos conocido. Hemos visto muchos deportivos, superdeportivos e hiperdeportivos eléctricos, pero nada parecido al concepto del Caterham Seven Electric.
Los primeros datos demuestran que los principios básicos seguirán ahí. Será capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 3,4 segundos y mostrar una potencia aproximada de 320 caballos. Los primeros prototipos han equipado una batería de 50 kWh de capacidad bruta, de los cuales 38 kWh son utilizables. En la compañía aseguran que será capaz de aguantar 20 minutos en pista a pleno rendimiento. No es mucho tiempo, eso lo sabemos, pero en Caterham también afirman que la batería se podrá recargar al completo en apenas 15 minutos mediante un cargador de 150 kW. Ideal para un día de tandas en circuito.
El desarrollo está corriendo a cargo del fabricante de motores Swindon Powertrain, una reputada empresa del sector que participa en el Campeonato Británico de Turismos. Ahora bien, tal y como ha comentado el propio Laishley, el Seven Electric es, a día de hoy, un prototipo. Se presentará en el Festival de la Velocidad de Goodwood junto con otras dos piezas eléctricas desconocidas. En cuanto a cuándo llegará al mercado, Caterham lo tiene muy claro: “Lo haremos en el momento adecuado, que será cuando podamos presentar un caso comercial definitivo”. Por el momento, no hay clientes haciendo cola por él.