Nikola Corporation aspiraba a ser ‘la Tesla de los camiones eléctricos’. Esta compañía también norteamericana se planteó en un inicio como una firma revolucionaria en el sector del transporte. De hecho, durante la primera mitad del año 2024, concretamente, habían entregado un total de 120 unidades. La situación para la marca parecía salir levemente a flote después de los numerosos escándalos llevados a cabo por Trevor Milton, ex CEO de la empresa. No obstante, no fue así.
A mediados del pasado mes de febrero, la compañía de camiones ‘cero emisiones’ se acogió al Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos, lo que supuso una declaración oficial de bancarrota para la marca. Pese a dar el paso más difícil, la cosa no iba a quedarse tranquila para la cúpula de Nikola. Ahora, alrededor de un mes después, se ven obligados a retirar y hacerse cargo de casi la mitad de la producción de camiones de hidrógeno.
Nikola entra en un callejón sin salida y se le suman nuevos problemas
Esta parte de la historia comenzó el pasado mes de diciembre de 2024. Las acciones de Nikola estaban en mínimos históricos después de un año de bajada. El motivo principal para su caída definitiva fue una queja presentada por la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras de Estados Unidos (NHTSA).
Dicha queja vino a causa de un desperfecto en las pilas de combustible de hidrógeno fabricadas por Nikola para sus camiones. Esta se podía apagar de forma impredecible y en cualquier momento, dejando al usuario ‘tirado’ donde sea.
Tras varias pruebas intensas por parte de la mencionada Aministración, determinaron que este camión sufrió un total de cinco cortes de propulsión en plena carretera. Esto dio lugar a que hubo que retirar la unidad de pruebas usando únicamente la energía eléctrica almacenada en su batería.
Posteriormente de aquella denuncia, se dieron nuevos casos similares provenientes de los propios clientes. El primero en denunciar esta situación fue un camionero que confesaba haber recorrido apenas 1.400 kilómetros desde la entrega del vehículo nuevo. Pero tras este se sumaron numerosas denuncias nuevas.
Con todo ello, desde Nikola se ven obligados ahora a hacerse cargo de 95 camiones de hidrógeno (de aproximadamente 200 entregados). La responsabilidad sobre estos supone que la marca deberá conseguir una reparación para ellos o ejecutar un reembolso del precio a sus clientes. En cualquier caso, suena realmente complicado para la compañía después de solicitar la protección por quiebra.
“El camión cuesta entre cinco y diez veces más que un camión de transporte de clase 8 estándar. Además, se paga entre cinco y diez veces el impuesto federal sobre consumos específicos y el impuesto local sobre las ventas, que asciende a aproximadamente el 22%. Si se suma la reserva del 10% que no está cubierta por ningún programa, se llega al 32%. Este 32% de 500.000 dólares son 160.000 dólares que el camionero debe pagar de su bolsillo”, afirmó William Hall, gerente y fundador de Coyote Container, en su denuncia a la compañía de camiones de hidrógeno.
Por ahora, desde Nikola no han lanzado un pronunciamiento oficial al respecto. Sin emabrgo, en los próximos días deberían dar una solución ante un nuevo problema para esta compañía.