Corren tiempos de dudas e incertidumbre en la industria. Si bien el coche eléctrico es la apuesta de futuro de las marcas, todavía es pronto para poner todos los huevos en la misma cesta. Los rumores y las ventas parecen estar contrayendo el mercado y cada inversión se mira con lupa antes de hacerse efectiva. Miles de puestos de trabajo están en juego. Muchos fabricantes han confirmado el cierre de numerosas plantas en Europa, incluyendo a Ford. Sin embargo, los americanos parecen tener otros objetivos para Almussafes, su fábrica española. La planta podría tener garantizada su continuidad durante muchos años.
Los de Michigan están en pleno proceso de cambio. La era eléctrica ha despertado una ola de alteraciones. Ford quiere reducir su flota en Europa y para ello ha borrado del mapa no sólo al Ford Fiesta, sino también al Ford Focus, despertando una gran masa crítica con el fin de la producción. Las decisiones tomadas no siempre tienen por qué entenderse. De hecho, ni la propia Ford parece saber muy bien qué está haciendo. Si bien primero elimina a dos de sus modelos más icónicos, recientemente ha anunciado que necesitará coches pequeños y baratos para su nueva etapa eléctrica. Por ahora, sólo sabemos que el Ford Puma será la unidad eléctrica más barata y pequeña de la casa.
Un SUV multienergía que mantendrá con vida 4.800 puestos de trabajo
Ford tenía grandes planes para la era eléctrica europea, pero no todos parecen estar saliendo como esperaban. El Ford Explorer, el primer modelo nacido de la colaboración con el Grupo Volkswagen, acaba de entrar en el mercado tras más de un año de espera y problemas. Su precio no resulta especialmente atractivo, aunque recientemente su CEO, Jim Farley, ha reconocido que la compañía trabaja en el desarrollo de una plataforma específica para coches eléctricos de precio razonable. Todas las miradas apuntan a los segmentos inferiores como los más importantes dentro del mercado. Vehículos que conseguirán democratizar la movilidad más sostenible.
En un plano completamente diferente, desde el otro lado del charco siguen con especial atención el cambio de rumbo de la industria europea. En declaraciones recientes han reconocido: "estamos siguiendo de cerca la evolución de los mercados europeos en busca de oportunidades para mejorar nuestra oferta actual de productos". "Teniendo en cuenta los cambios que vemos en la industria, creemos que existe una oportunidad de añadir al plan ciclo europeo un SUV multienergía completamente nuevo, que se fabricará en Valencia". La noticia es doble por dos motivos principales. El primero de ellos es que Ford no da el paso definitivo a la electrificación.
El hecho de asegurar la llegada de un SUV multienergía nos permite saber que los americanos podrían seguir apostando por un sucesor para el actual Kuga. Un modelo disponible con mecánicas ICE, PHEV, HEV y EV. De esta forma sería el cliente el que escogería la opción que más le interese o se adapte a sus necesidades. Algo lógico, por otra parte. El segundo hecho, más importante si cabe, es que la planta de Valencia podría tener su futuro garantizado durante la próxima década. Un hecho muy importante teniendo en cuenta las últimas tendencias de las marcas y más si tenemos en cuenta los últimos rumores en torno a la planta española. El cierre de fábricas y la reducción de personal están a la orden del día.
A falta de una decisión final, Ford parece estar muy convencida del siguiente paso. Ni que decir tiene que todo el mundo se ha mostrado encantado con la posibilidad de que Almussafes fabrique un nuevo modelo durante los próximos años. Los sindicatos de la planta han asegurado que mantendrán una carga de trabajo suficiente para los próximos años. Por su parte, el Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha transmitido su alegría a través de las redes sociales: "Una gran noticia para Valencia, España y los trabajadores de Ford España. La decisión de la compañía de producir vehículos eléctricos garantiza la viabilidad de la planta de Almussafes para los próximos años".
