Fabricantes chinos de coches eléctricos enfrentan desafío en Europa por prejuicios

Más asequibles e igual de tecnológicos y atractivos a la vista, pero lo cierto es que son muchos los problemas a los que se enfrentan los fabricantes chinos a la hora de vender aquí sus coches y encontrar el éxito.

Habitáculo y frontal del Zeekr X, uno de los coches eléctricos chinos más prometedores en Europa.
Habitáculo y frontal del Zeekr X, uno de los coches eléctricos chinos más prometedores en Europa.
21/08/2023 11:35
Actualizado a 21/08/2023 11:35

China se ha convertido en el exportador de coches más grandes del mundo o, al menos, lo es si nos ceñimos a los números de los primeros seis meses de este año. Los fabricantes chinos están sabiendo dar con la tecla a la hora de que sus productos empiecen a calar en mercados como el europeo, pero lo cierto es que se enfrentan a varios factores que tienen que determinar todavía su éxito final.

De entre todos los aspectos en los que destacan los chinos frente a los fabricantes más comunes en el Viejo Continente, hay uno que destaca sobremanera conforme al resto: el precio. Según ha explicado Automotive News Europe basado en datos de Jato Dynamics, en Europa las trasacciones de ventas de coches eléctricos dejaron una cantidad media tras de sí de 58.000 euros el pasado año, muy lejos de lo visto en China durante el mismo periodo: 32.000 euros.

Se trata de una cantidad que deja un margen de más de 16.000 euros a los fabricantes chinos para vender sus coches eléctricos aquí a un precio mucho más competitivo y atractivo a ojos de los compradores que los europeos y, además, seguir obteniendo beneficios. Sin embargo, no todos los fabricantes van a poder hacerlo.

La marca china que más está despuntando en ventas en Europa es MG, que debe su tecnología al gigante SAIC. No es una marca que empezase comercializando directamente coches eléctricos, más difíciles de vender dado su mayor precio, lo que hace menos viable vivir sólo de ellos: sus primeros modelos fueron asequibles coches de gasolina. Esto le ha permitido adquirir un nombre y una trayectoria y ahora, poco a poco, está dejando atrás esas mecánicas para empezar a centrarse en coches híbridos enchufables y eléctricos. También ha prometido hacer lo propio con híbridos convencionales y, de esta forma, podría robar ventas a la siempre imponente Toyota en este apartado.

La entrada del resto de fabricantes chinos en Europa para vender sus coches eléctricos se antoja más complicada porque no se han asentado previamente en el mercado, como sí ha hecho MG. Esta firma, además, ha conseguido un crecimiento acompasado desde una demanda poco voluminosa en un principio y a un precio cada vez superior en paralelo a la electrificación de la gama.

A esto, además, hay que sumar más factores. Uno de ellos es que no todos los coches eléctricos que se venden en China se pueden comercializar aquí tal cual. Esto es algo que hemos visto con el caso del BYD Dolphin, que se ha tenido que modificar profundamente para poder cumplir con los estándares europeos de seguridad, lo que ha llegado a afectar incluso a su longitud total, ya que la versión europea es varios centímetros más larga que la china tras la modificación.

BYD Dolphin y BYD Seal.
BYD Dolphin y BYD Seal.

Otro obstáculo para el triunfo de los coches eléctricos chinos aquí es la distancia física entre China y Europa y lo que esto conlleva. Al propio coste, elevado, de traer las unidades hasta aquí, hay que sumar los posibles aranceles que los distintos países puedan poner a los modelos chinos para proteger las ventas de sus productos locales. Francia, por ejemplo, ya ha dejado claro que, de llegar a necesitarlo, los implantarán. 

Teniendo en cuenta todos estos factores, el margen teórico entre el precio de los coches entre China y Europa se reduce de manera muy agresiva. Por esto mismo hay fabricantes que se están planteando traer aquí sus fábricas. En principio, cabe pensar que esta estrategia encarecerá sus productos, pero si producen aquí con componentes exportados de China, es posible que puedan salir al mercado con un precio más atractivo que sus rivales europeos.

Mientras tantea las potenciales ubicaciones de una fábrica en suelo europeo, la solución momentánea de BYD ha pasado por adquirir dos grandes cargueros para transportar sus coches eléctricos desde sus plantas en China hasta Europa. Una multimillonaria compra que no puede afrontar cualquier fabricante y con la que también se ahorra cualquier tipo de sorpresa o imprevisto. MG, por contra, espera a tener una parcela próximamente en Europa para levantar su fábrica.

El más duro obstáculo para los fabricantes chinos en países como España

A pesar de todo lo anterior, el que tal vez puede ser el mayor de los problemas de las marcas chinas a la hora de tener éxito en Europa no está ni en la distancia entre un país y otro ni en los potenciales aranceles que se puedan interponer, ni tampoco en el precio de sus coches. El mayor problema lo tienen en los prejuicios de los europeos.

Y es que al hecho de que Europa  sea un mercado de fieles consumidores se ha de sumar el concepto que durante años se ha tenido de los productos chinos: objetos de baja calidad y precio que en términos de automóviles supone estar ante un coche cuya seguridad queda en entredicho.

El MG4 ya se vende más que un Megane o ID.3 eléctrico.
El MG4 ya se vende más que un Megane o ID.3 eléctrico.

Sin embargo, tal y como  hemos podido constatar en múltiples ocasiones en HyE tras probar coches como el BYD Han, el MG4 o el Atto 3, ahora los fabricantes chinos han dado con la tecla y sus modelos son totalmente comparables a sus homónimos y rivales europeos en materia de calidad de construcción, tecnología y seguridad.

"Cuando entran en contacto con el producto, en comparación con un producto europeo al que están acostumbrados, la calidad y las especificaciones son muy superiores. Eso les pilla por sorpresa", ha afirmado Spiros Fotinos, director ejecutivo de Zeekr Europa, uno de los fabricantes que junto a Nio, Xpeng y BYD más aspira a lograr destacables ventas en nuestro mercado.