La evolución en los procesos de carga ha permitido que, actualmente, disfrutemos de los puntos de carga más potentes de la historia. Algunas instalaciones permiten potencias de hasta 1 MW, pero tan importante es recibir como dar. La tecnología bidireccional establece una carretera de doble sentido en la recarga. Los coches eléctricos son capaces de proporcionar energía a la vez que también pueden suministrarla. En Tesla siempre se han mostrado contrarios a la carga bidireccional y las cosas siguen sin estar claras. El Investor Day del pasado 1 de marzo evidencia los enfrentamientos internos con respecto a una tecnología que promete ayudar a la red eléctrica.
Durante la presentación mundial, Drew Baglino, vicepresidente senior de Ingeniería de Energía y Tren Motriz, respondió a una pregunta sobre la posible instalación de la carga bidireccional en los próximos lanzamientos de Tesla. Señalando que la decisión de no contar con sistemas bidireccionales es algo plenamente consciente, Baglino dejó una puerta abierta a una pronta instalación en los coches de la casa. Tesla ha mejorado sus unidades de electrónica de potencia y, a la vez que ha reducido los costes, ha encontrado la manera de incluir la tecnología bidireccional.
Baglino ha continuado declarando que esta importante novedad podría llegar en un plazo aproximado de dos años ya que actualmente la compañía está en proceso de reestructuración para la fabricación de la electrónica de potencia. Sin embargo, Elon Musk ha salido rápidamente al quite para rebajar las esperanzas generadas por su compañero y, una vez más, se ha posicionado en contra de incluir estos sistemas en los coches: “no creo que mucha gente quiera usar la carga bidireccional, a menos que tengan un Powerwall, porque, si desconectas tu coche, la casa se queda a oscuras y eso es extremadamente inconveniente”.

Una tecnología muy necesaria
Existen varias tecnologías de carga que se diferencian por la dirección en la que se envía la corriente eléctrica y su aplicación, pero no todas son bidireccionales. La más común dentro de la industria es el sistema V2L (vehicle to load) que permite que el coche se convierta en fuente de energía para herramientas o como un cagador para otros coches. Por lo tanto, solo actúa en una dirección y no debe confundirse con las otras dos. Modelos de Hyundai y KIA llevan años ofreciéndolo y más recientemente Volkswagen ha anunciado que algunos de sus coches ya lo integran de serie.
El caso de uso más potente de esta tecnología es el de la Ford F-150 Lightning que en más de una ocasión ha demostrado la polivalencia de esta herramienta. A las puertas de un gran lanzamiento como es el Tesla Cybertruck, no estaría de más que un coche tan recreacional tuviese la capacidad de servir como fuente de energía para herramientas u otros elementos. Ahora sabemos que no será posible.
Los otros formatos de carga de doble sentido son el denominado sistema V2G (vehicle to grid), el V2H (vehicle to home) o, genéricamente, el V2X (vehicle to everything). Estos sí son capaces de enviar y recibir energía y, por lo tanto, son estrictamente bidireccionales. Ofrecen la posibilidad de utilizar la energía acumulada en la batería para alimentar la red eléctrica directamente o la vivienda cuando esta se aísla de la red general. Dependiendo de la legislación y el sistema eléctrico de cada país, es posible monetizar la energía que se envía a la red desde el coche. Numerosos expertos han demostrado que los coches eléctricos con sistemas de doble sentido pueden aportar una gran estabilidad a la red eléctrica y, de paso, reducir las facturas de la luz de sus propietarios
En definitiva, en un escenario en el que la proliferación de los vehículos eléctricos hará de la energía un recurso limitado, lo que aumentará su precio, esta tecnología viene a ofrecer a los consumidores una posibilidad de reducir su gasto energético. Pocos coches en el mundo disfrutan de esta tecnología, principalmente el Nissan LEAF. Los usos son muy limitados por el momento y a excepción de los japoneses, el resto de fabricantes decide no equiparlo.
No es ni la primera ni la segunda vez que Musk deja clara su opinión sobre la tecnología. El coche puede actuar como fuente de energía en esas horas donde la tarifa resulta más cara y luego recuperar en las horas más favorables. Musk considera que esta práctica es tan limitada por el momento que no le ve una salida posible. Ni Tesla ni su vicepresidente senior de Ingeniería han dejado muy claro en qué formato han estado trabajando. De cualquier manera, la posición contraria de Musk será determinante a la hora de integrarlo en los nuevos modelos.