Muchos fabricantes de coches han optado en los últimos años por relegar casi todos los controles a las pantallas táctiles, siguiendo la estela de Tesla en el peor aspecto que podían seguir. Lejos de parecer guay o más moderno, en algunos casos puede suponer un riesgo para la seguridad. Volkswagen fue una de las que apostó todo a lo táctil, una mala decisión que va a revertir.
Tanto clientes como periodistas hemos criticado en los últimos años a Volkswagen por su decisión de trasladar casi todos los controles importantes a la pantalla táctil del sistema multimedia. Los botones físicos del volante también pasaron a ser hápticos y, sinceramente, su funcionamiento era mucho peor que los botones de verdad.
También introdujo botones hápticos debajo de la pantalla que servían para regular la temperatura del climatizador y el volumen del sistema multimedia. Ninguna de las dos opciones llegó nunca a funcionar de manera tan efectiva como los botones físicos, con el agravante de que, en los primeros modelos donde introdujeron estas barras táctiles, ni siquiera se veían de noche porque no tenían retroiluminación.
Todo eso va a cambiar. Todos los futuros modelos de Volkswagen contarán con controles físicos para las funciones más importantes, según ha confirmado el jefe de diseño de la marca, Andreas Mindt.
En sus últimos lanzamientos, la marca ha vuelto a los botones físicos en el volante, que funcionan mejor y, además, se pueden localizar más fácil sin apartar la mirada de la carretera. Andreas Mindt dijo que está "comprometido" a reintroducir botones físicos, comenzando con la versión de producción del ID.2all Concept que llegará el próximo 2026.
"Nunca más volveremos a cometer este error. En el volante tendremos botones físicos. Ya no es necesario adivinar más. Hay retroalimentación, es real y a la gente le encanta esto. Honestamente es un coche. No es un teléfono: es un coche".
A partir del ID.2all, habrá botones físicos para las cinco funciones más importantes: el volumen, la calefacción para conductor y copiloto, la velocidad del ventilador y las luces de emergencia, todo ello dispuesto debajo de la pantalla. "Estarán en todos los coches que fabriquemos a partir de ahora", según Mindt.
Esto no significa renunciar a las pantallas. Los requerimientos actuales en materia de conectividad, digitalización y multimedia hacen impensable prescindir de las pantallas. Además, en Estados Unidos es obligatorio que los coches tengan cámara de visión trasera, con lo cual se hace imprescindible una pantalla para mostrar las imágenes. Pero, en su próxima generación de modelos, las pantallas convivirán con los botones físicos para las funciones básicas esenciales.