Las motos eléctricas enfrentan desafíos en precio y autonomía para competir en carretera

Las motos eléctricas están llegando al mercado, pero lo cierto es que siguen teniendo un precio un tanto elevado en comparación con las motos de combustión de alta cilindrada. Cuatro son las claves que lo explican.

Las motos eléctricas tienen el paquete de baterías en la parte central
Las motos eléctricas tienen el paquete de baterías en la parte central
21/11/2023 09:20
Actualizado a 21/11/2023 09:20

Las motos eléctricas de alto rendimiento presentes en el mercado siguen siendo un nicho en relación con las que incorporan mecánicas de combustión interna. Mientras que en la automoción sí se está viendo una disminución de la diferencia de precio respecto a aquellos con motor de combustión, hay varias razones que explican por qué esta tecnología no acaba de encontrar su espacio en el mercado de las dos ruedas. 

A diferencia de las motos eléctricas de carretera, el segmento de los scooter eléctricos y los  ciclomotores sí está cosechando un gran éxito debido, sobre todo, a la pequeña diferencia que hay en precio respecto a unidades de combustión interna. La competitividad de este producto sí ha permitido un incremento de la demanda a doble dígito. Las cuatro claves que explican esta notable diferencia de precio son: coste, autonomía, tecnología e infraestructura de carga y rendimiento de la batería. La combinación de estas variables hace muy difícil la creación y comercialización de motocicletas eléctricas a precios competitivos. Esta es la explicación de su lento crecimiento y la gran diferencia existente entre las motos de carretera y las pensadas para la ciudad. 

Las motos eléctricas deben mejorar en cuatro variables para ser competitivas en el futuro
Las motos eléctricas deben mejorar en cuatro variables para ser competitivas en el futuro

La motos eléctricas no lo tienen nada fácil para competir en el mercado 

Una moto eléctrica de carretera requiere de una batería capaz de ofrecer una autonomía aceptable para el escenario en el que ha de moverse. Sin embargo, la economía de escala y el peso no juegan a favor de los fabricantes de baterías. A modo representativo, es mucho más sencillo obtener un beneficio con un conjunto de baterías de 100 kWh que la comercialización de 10 unidades de 10 kWh. Esto es, justo, lo que ocurre con este tipo de productos. Sin embargo, hay más desafíos, en este caso, técnicos.

La autonomía, pese a que ha mejorado con el paso del tiempo, sigue siendo insuficiente en este tipo de vehículos. En un vehículo tan ligero como es una motocicleta el peso de una batería grande que permita grandes autonomías juega en contra del rendimiento y las manejabilidad. Una LiveWire One ((Harley-Davidson), por ejemplo, puede ofrecer en torno a 230 km de autonomía en ciclo combinado (150 en carretera). Teniendo en cuenta que su precio es superior a los 20.000 euros, tiene muy difícil competir contra sus homólogas de combustión. 

El tercer elemento que dificulta su comercialización es el coste de producción. Las economías de escala en modelos de bajo volumen es algo muy difícil de lograr. Este tipo de motos eléctricas tiene tan poca cuota de mercado que no logran generar beneficios

Por último, la infraestructura de carga sigue siendo deficitaria. Al contrario que en el caso de los scooter y los cliclomores eléctricos que llevan baterías pequeñas y extraíbles que se pueden recargar en la vivienda o en el trabajo,  no ocurre lo mismo con las motocicletas grandes. Por lo tanto neceaitan un punto de recarga vinculado para el día a día. Además, como su uso es fuera de la ciudad, precisan de estaciones de recarga rápida como las de los coches eléctricos.

Si bien estas instalaciones siguen creciendo a buen ritmo, la autonomía de las motos, inferior a la de lo coches, les obliga a parar com mayor asiduidad, lo que exige una mayor densidad de puntos de carga. La situación ha cambiado respecto a los últimos años, por lo que se espera que este motivo pueda desaparecer de la lista en un futuro cada vez más próximo.