El sigilo es fundamental en el campo de batalla y los vehículos eléctricos tienen ahí una ventaja importante. Esa es la razón principal por la que las Fuerzas Armadas del Reino Unido se están planteando utilizar motos eléctricas convenientemente modificadas para equipar lanzacohetes o armas antitanque.
Así lo han anunciado el Secretario de Defensa británico, Ben Wallace, y el Jefe del Estado Mayor de Defensa, el almirante Sir Tony Radakin, durante unas jornadas de Evaluación de las tácticas militares y las prioridades de gasto del Reino Unido en el conflicto de Ucrania y Rusia.
Inspirados por las tácticas de defensa del ejército ucraniano mediante el uso de drones, el Reino Unido está planeando utilizar también más drones y vehículos no tripulados, así como vehículos eléctricos más sigilosos como, por ejemplo, motos eléctricas. También han planteado el uso de sistemas de armas láser y realidad virtual.
Ucrania ya ha demostrado el éxito de varias operaciones utilizando motos eléctricas con misiles antitanque que han conseguido inutilizar los tanques rusos. Los soldados ucranianos utilizan motos Delfast, capaces de alcanzar los 80 km/h de velocidad punta. Tienen unos 320 kilómetros de autonomía y están preparadas para circular por terrenos difíciles, transportando cargas pesadas. No en vano, han sido modificadas para llevar cohetes NLAW de 12,5 kg y otras armas antitanque ligeras, diseñadas para que pueda utilizarlas un solo operador.
El ejército británico quiere adoptar estos vehículos y ya están haciendo las primeras pruebas con la Stealth H-52. La idea es poder acercarse de manera más sigilosa a vehículos blindados enemigos y poder atacar con lanzacohetes desde un vehículo tan pequeño (y asequible) como esta moto.
Cada moto cuesta 6.500 libras esterlinas (unos 7.600 euros), una cifra modesta para los presupuestos de Defensa, pero tienen solamente 70 kilómetros de autonomía, muy por debajo de las motos Delfast ucranianas. Llegados a este punto, muchos se preguntarán sobre el abastecimiento en el campo de batalla. Para solucionar este incoveniente, el Reino Unido está considerando la energía nuclear como fuente para recargar las baterías en la línea del frente de batalla.
Pese a lo llamativo de la noticia, el uso de este tipo de vehículos no es del todo novedoso. Las bicicletas y las motocicletas eléctricas han sido probadas por varias fuerzas armadas de todo el mundo e incluso han entrado en servicio activo en varias ocasiones. El ejército neozelandés ha utilizado motos eléctricos UBCO; el noruego ha probado bicicletas eléctricas fat-bike para la guardia fronteriza, y los soldados australianos han estado testando motos eléctricas sigilosas desde 2021. Incluso el ejército más poderoso del mundo, el estadounidense, ha empleado motos eléctricas Huck Cycles para fines tácticos.
Junto al uso de vehículos eléctricos, las tropas británicas también planean utilizar mapas de realidad virtual con los que obtener una vista detallada en tiempo real de la zona donde estén, otorgándoles una ventaja añadida mientras reducen riesgos.