En el mercado existen numerosos kits que permiten convertir una bicicleta normal en una eléctrica. Su principal ventaja es que son más económicos que comprar la bicicleta completa y que siempre existe la posibilidad de desinstalarlos para recuperarla. Como en todos los casos, hay mucha variedad. Sin embargo, la mayoría incluyen motores en los bujes de las ruedas que no son los ideales para la práctica MTB. Por otro lado, los que utilizan motores centrales suelen ser caros, complicados de montar y no extraíbles.
Un estudiante italiano llamado Davide Zanetti ha fabricado un motor de transmisión intermedia que se puede instalar en una bicicleta de montaña normal y que le ha costado menos de 300 euros en materiales. La ventaja de esta ubicación del motor es que utiliza la transmisión de la bicicleta, lo que permite mandar un mayor par a la rueda trasera cuando se asciende una pendiente utilizando los piñones grandes. También tiene efecto sobre la distribución de las masas lo que mejora el rendimiento de la suspensión.
Así se hizo el motor de Davide
Davide ha utilizado un motor de un patinete eléctrico cuya potencia está limitada a 300 W, algo más de lo que permite la normativa europea para vehículos EPAC. Según él, es suficiente para multiplicar por dos su velocidad de ascenso. Para montarlo en el cuadro, fabricó un anclaje con unas piezas encargadas a una empresa especializada que lo fijan a él mediante un par de tornillos y una abrazadera de plástico.
La alimentación proviene de una batería DeWalt que funciona a 5 Ah y 21 V. Este es quizás el punto más débil del conjunto, puesto que la capacidad es de tan solo 105 Wh y, aunque Davide afirma que es suficiente para superar unos 500 m de desnivel, no permite una autonomía tan amplia como la que ofrecen otros kits. Sin embargo, estas baterías son relativamente baratas y livianas y tienen una alta disponibilidad comercial, por lo que es factible transportar una o dos de repuesto para extender el alcance.
El motor utiliza una transmisión por correa en el lado izquierdo con un engranaje de reducción de 4,5:1. Está conectado a una rueda dentada de 12 dientes, situada a la derecha, que impulsa la biela a través de una cadena y una rueda dentada más grande soldada al plato. El resultado es un sistema que reduce el giro de 12 a 1, lo que significa que el par del motor se multiplica por 12 en el cigüeñal. De esta manera, el par motor original, que es de tan solo 2 Nm, alcanza los 24 Nm en el eje de las bielas, que es aproximadamente la mitad de la asistencia que ofrece un motor de bicicleta eléctrica comercial, como, por ejemplo, del innovador TQ HPR50. Con una cadencia alta de pedaleo, se traduce en una cantidad significativa de asistencia.
Davide afirma que el peso total del conjunto es de 2,5 kg, incluyendo la batería. Se trata por lo tanto de un peso inferior al del mencionado motor de TQ, el más ligero del mercado que es de 3,7 kg incluyendo una batería de 360 Wh.
Pero la mayor ventaja del motor creado por Davide es que es posible retirarlo de la bicicleta con mucha facilidad, con tan solo quitar los tornillos, recuperando así la bicicleta original. En este vídeo, Davide muestra el funcionamiento del motor montado en una bicicleta Rockrider de Decathlon dotada de doble suspensión.
Un sistema todavía ilegal
El motor creado por Davide no cuenta con un sensor que detecte el movimiento de los pedales y que se encargue de poner en marcha el motor. Su accionamiento requiere pulsar un acelerador que se coloca en el manillar. Esta condición lo sitúa fuera de la legalidad de las bicicletas Pedelec, puesto que la asistencia está restringida únicamente al pedaleo, quedando expresamente prohibido el uso de gatillos o aceleradores.
Esta característica, unida a que el motor rebasa, por poco, los 250 W de potencia que indica la normativa, no permiten que el motor de Davide pueda ser empleado en bicicletas que recorran las vías públicas, aunque sí puede utilizarse en áreas privadas y de montaña.