Una bicicleta eléctrica convencional funciona mediante la combinación de la energía humana y la ayuda de un motor eléctrico. Este se sitúa en el buje de la rueda trasera, en el eje pedalier o en el buje de la rueda delantera y se alimenta de una batería colocada generalmente en el cuadro. Uno o varios sensores (que pueden captar par, movimiento e inclinación) detectan el esfuerzo realizado por el ciclista. Cuando este comienza a pedalear, el controlador recibe la información del sensor y decide la cantidad de asistencia que el motor debe proporcionar en función del nivel de asistencia seleccionado y el esfuerzo realizado por el ciclista.
La startup española Niche Mobility se ha propuesto cambiar este sistema de funcionamiento con la finalidad de aprovechar más la energía. Para ello, ha anunciado el desarrollo del “primer sistema de accionamiento para bicicletas eléctricas con frenado regenerativo y caja de cambios virtual", que estará disponible para los fabricantes de bicicletas eléctricas a partir del próximo año.
Esta empresa, con sede en España, fue cofundada en 2021 por su CEO Marc Barceló (anteriormente director de Volta Motorbikes) y por Francesc Queralt como director de Negocios. Completan el equipo Enric Delgado, (también procedente de Volta) como director de Operaciones, y Lluís Olivet (de OTC Ingeniería), en calidad de asesor. Según su comunicado de prensa, “Niche Mobility ha construido un experimentado equipo de emprendedores en serie con una clara vocación de sostenibilidad”.
La idea de Niche Mobility
El Sistema de Transmisión Digital Automática (ADTS) patentado por Niche ha sido desarrollado completamente por la empresa. Está compuesto por un motor de 250 W capaz de generar hasta 120 Nm de par, una caja de cambios virtual con frenado regenerativo, una batería de 450 Wh, una pantalla en color para el manillar y una aplicación móvil.
Según se explica, la entrada de fuerza proporcionada por el ciclista es "mecánicamente independiente de la salida" a la rueda trasera. Esto significa que la potencia ejercida sobre los pedales se enruta a un generador integrado que carga la batería. Paralelamente, este sistema “desconectado” funciona como un antirrobo porque la bicicleta eléctrica no se moverá a menos que un usuario autorizado la desbloquee.
El sistema también incluye un motor de tracción conectado a la rueda trasera a través de una cadena o una correa. La unidad de control incluida calcula continuamente la potencia de salida necesaria en función de los datos de los sensores de velocidad, par y pendiente incluidos. El software ajusta suavemente la asistencia del motor según sea las necesidades, de la misma manera que haría una transmisión continuamente variable (CVT).
Todo el proceso está gobernado por la electrónica. La asistencia al pedaleo se corta a los 25 km/h, cumpliendo así, por potencia y por velocidad, con lo que exige la regulación europea a las bicicletas pedelec. Igualmente, cuando el ciclista desciende o frena con fuerza, el motor de tracción entra en modo de frenado regenerativo.
A través de la pantalla TFT de 2 pulgadas situada en el manillar se pueden seleccionar diferentes modos de manejo o, alternativamente, con la ayuda de una aplicación complementaria que se instala en el teléfono móvil emparejado por Bluetooth. Estos modos determinan el nivel de energía recuperada durante el frenado, el nivel de asistencia al pedaleo proporcionado y el perfil de "cambio de marcha".
En lugar de emplear esta tecnología en sus propias bicicletas eléctricas, Niche tiene la intención de suministrar el ADTS a terceros fabricantes. Su objetivo es comenzar con modelos urbanos y bicicletas de carga para proporcionar "una solución más robusta y de bajo mantenimiento y ofrecer paseos mucho más cómodos para ciclistas urbanos y profesionales".
Más adelante, al motor de 250 W se le unirá una segunda unidad de 450 W con una batería de 650 Wh capaz de asistir hasta los 45 km/h e, incluso, hasta los 60 km/h acompañados por la opción de un acelerador. Esta segunda opción está destinada a mercados como el estadounidense, donde la regulación de las bicicletas eléctricas es más abierta que en Europa.