Es la comidilla de todo el mundo desde hace una semana. El jueves pasado, la madrugada del viernes en España, Elon Musk presentó en sociedad no uno sino dos vehículos completamente nuevos, los Cybercab y Cybervan. Más que vehículos en sí, lo que Tesla presentó es su agenda de negocio para el futuro. El gran sueño de Musk es ofrecer sistemas de transporte autónomos para pasajeros. Una tecnología que no sólo explotarán los de Austin, sino que también esperan vender a otras empresas ligadas al negocio como Bolt, UBER o Lyft. Sin embargo, hay una duda que ha asaltado a todos los expertos, el diseño. Muchos no entienden el motivo de su formato.
El Cybervan es un autobús eléctrico y autónomo con capacidad para un máximo de 20 pasajeros. Si bien su presentación es futurista y espectacular, en ningún momento de la presentación Musk dio pistas de cuánto tiempo tardaríamos en verlo circular por nuestras calles. Previsiblemente mucho ya que Tesla no sólo se enfrenta al diseño de la ingeniería, también al de la normativa que se aplica para el transporte de pasajeros. Se da por hecho que no estará operativo hasta la próxima década. Para entonces, según los plazos dados por el propio Musk, el Cybercab llevará años circulando y ganando dinero.
No hay mercado para los taxis de dos plazas
El objetivo anunciado es una puesta en marcha en 2026 y un precio de venta estimado de 30.000 dólares. Si bien no podemos entrar a valorar semejantes previsiones, los expertos de la industria dudan seriamente de la viabilidad del Cybercab como robotaxi. Cuando uno piensa en un taxi o en un VTC imagina un vehículo cómodo y con al menos cuatro plazas disponibles. El número de asientos no es un tema baladí ya que cuanto más habitable sea un taxi más flexibilidad operativa adquiere. Sólo hay que asomarse a la ventana para ver que no hay taxis de dos plazas. No tienen sentido y eso es lo que ha desconcertado a la industria.
Tanto es así que las acciones de Tesla cayeron nada más concluir el evento. Casi un 10% de la noche a la mañana. Los inversores echaron en falta detalles concretos del proyecto y una presentación lógica. En Estados Unidos los vehículos de dos puertas apenas representan un 2% de las ventas totales, excluyendo SUV y camionetas, según datos de la firma analista JD Power. Eso quiere decir que el mercado y el uso del Cybercab como vehículo de transporte de pasajeros será muy limitado, tal y como ha reconocido Sandeep Rao, investigador senior de Leverage Shares, una empresa de gestión de inversiones, incluida en Tesla, con un valor de 1.000 millones de dólares.
En ningún caso un vehículo de dos plazas será capaz de asumir la demanda de transporte de familias o grupos, por lo que su utilidad estaría centrada en un pequeño grupo de usuarios. Otras empresas de gestión de vehículos autónomos, como Waymo o Amazon, emplean vehículos corrientes en sus flotas. Coches con capacidad para cuatro o cinco pasajeros. John Krafcik, ex director ejecutivo de Waymo, ha comentado que el diseño de Tesla parece "más lúdico que serio" y que la configuración de dos puertas plantea desafíos para los pasajeros mayores y aquellos con discapacidades. A pesar de todo, si a Tesla le sale bien la jugada, el negocio de los robotaxis podría catapultar a la compañía a una valoración de 5 billones de dólares frente a los 700.000 millones actuales.