El coche eléctrico parece haberse convertido en el principal argumento para una nueva guerra comercial entre China y el resto del mundo. Los asiáticos se han convertido en la mayor fuerza del sector y los principales productores del mundo no quieren perder una posición que tantas décadas les ha costado ocupar. Tesla fue la primera compañía en liderar la transición. Bajo la batuta de Elon Musk, el mundo ha descubierto que la movilidad eléctrica no es una quimera, sino algo totalmente posible. Sin embargo, el director de la empresa no siempre acierta con sus posturas, aunque también es cierto que Musk no tiene ningún problema en contradecirse a sí mismo. De hecho, lo hace bastante a menudo.
Desde sus inicios, Tesla ha sido una fuente de rumores, adelantos y retrasos. Elon Musk no parece disponer de un filtro entre lo que piensa y lo que dice. Un día puede opinar una cosa y al siguiente todo lo contrario. A pesar de ello no se puede negar el tremendo y rotundo éxito que ha tenido a lo largo de su vida laboral. No sólo ha remodelado la industria del automóvil, también ha transformado otros sectores como el pago por internet o los viajes al espacio. Todas y cada una de sus empresas, al menos la gran mayoría, se han situado como pioneras de sus campos y gracias a ello Musk ha ganado decenas de miles de millones. Es uno de los hombres más ricos del mundo y está pendiente de añadir una gran suma de dinero a sus cuentas.
Tesla podría verse afectada por la aplicación de aranceles más duros
Volviendo al caso que nos ocupa, a principios de este año, viendo el tremendo empuje de los fabricantes de automóviles chinos, el propio Musk avisó sobre el riesgo que corren ciertas marcas y regiones ante la llegada de coches procedentes de China. Según él, tienen el poder de “demoler” a los fabricantes occidentales. Para evitar o minimizar el impacto de los orientales, Musk propuso levantar barreras comerciales a la importación. Sus palabras exactas fueron: Creo que tendrán un éxito significativo fuera de China dependiendo de qué tipo de aranceles o barreras comerciales se establezcan. Francamente, creo que si no se establecen barreras comerciales, prácticamente demolerán a la mayoría de las demás empresas del mundo. Son extremadamente buenos”.
Sus palabras parece que fueron escuchadas por diferentes dirigentes políticos. Francia ya ha aprobado medidas para beneficiar a las empresas locales, mientras que Estados Unidos ha sido mucho más agresiva en sus políticas. El Gobierno dirigido por Joe Biden ha aprobado la imposición de un 100% de aranceles a la importación de vehículos producidos en la China comunista. Esto supondrá un grave perjuicio para los intereses de las marcas chinas, que se verán obligadas a elevar los precios de sus coches. Europa quiere seguir por dicha senda, aunque pretende suavizar el porcentaje de pago. Desde Bruselas quieren subir el pago hasta el 30%, actualmente está fijado al 10%. Una subida de 20 puntos que tendrá efectos negativos según Carlos Tavares, CEO de Stellantis.
Como ya hemos dicho, el propio Musk animó y apoyó la aplicación de dichas sanciones económicas, pero ahora, tras unos meses de reflexión, ha declarado todo lo contrario. Tal y como recoge Reuters, este mismo jueves, Elon Musk ha declarado no estar a favor de medidas que distorsionen el mercado. Es decir, no aprueba la aplicación de aranceles especiales a los vehículos procedentes de China. Ni en Estados Unidos ni en Europa, donde Tesla puede verse afectada. "Ni Tesla ni yo pedimos estos aranceles; de hecho, me sorprendió cuando se anunciaron. Las cosas que inhiben la libertad de intercambio o distorsionan el mercado no son buenas". “Tesla compite bastante bien en el mercado chino sin aranceles ni apoyo diferencial. Estoy a favor de que no haya aranceles".
No hay que olvidar que gran parte de los Teslas vendidos en Europa proceden de China. A pesar de contar con una fábrica en Alemania, la de Brandenburgo, los americanos optan por importar las versiones más populares de los Tesla Model 3 y Model Y desde China. Eso supone que Tesla podría verse condicionada ante la subida de los aranceles. Todo ello en un momento de clara debilidad para la compañía. Tesla ha arrancado el curso con cierta debilidad económica. Los precios han bajado para animar las ventas y verse obligados a subirlos sería contraproducente. O aplica subidas o reduce aún más su margen de beneficio, algo que tampoco le sentaría muy bien a sus cuentas.