Rolls-Royce es, sin duda, el fabricante de coches de lujo más tradicional y clásico de la historia, que utilizó durante décadas motores V12 y V8 de gasolina para sus grandes berlinas. Pero, en 2022, la marca -propiedad de BMW desde 1998- dio una sorpresa mundial, anunciando el Rolls-Royce Spectre, su primer coche eléctrico.
Equipado con una mecánica de 430 kW/585 CV de potencia y 900 Nm de par, este coupé de 5,45 metros de largo comenzó a entregar sus primeras unidades en otoño de 2023. Y la jugada le salió sorprendentemente bien a Rolls-Royce, quien tuvo que alargar los plazos de entrega de su primer vehículo sin emisiones por exceso de demanda y quien ya anunció que será un fabricante únicamente de coches eléctricos para 2030.
Un segundo coche eléctrico y la ampliación de su fábrica para 2025
Ahora, la marca de origen británico ha comunicado que, a lo largo de este año, destinará 300 millones de euros a la ampliación de su fábrica de Goodwood, en Inglaterra -a donde se mudó en 2003- y que pretende adecuar para la fabricación únicamente de coches eléctricos.
Y es que Rolls-Royce, según adelantan desde Autonews, también podría presentar, a finales de 2025, su segundo coche eléctrico. Un vehículo que se espera se trate de un SUV eléctrico o crossover que se situé, por tamaño y potencia, por debajo del actual Rolls-Royce Cullinan.
El Rolls-Royce Spectre, un coche eléctrico éxito de ventas
El primer Rolls-Royce eléctrico, el Spectre, ha sido un auténtico éxito comercial durante su primer año completo de ventas. Así, ha sido el modelo más vendido de la marca en Europa, con 377 unidades; y el segundo en todo el mundo, sólo por detrás del SUV Cullinan.
En concreto, y según los datos de la consultora Dataforce, Rolls-Royce vendió 5.712 coches en todo el mundo en 2024, lo que supone un descenso de apenas el 5% respecto a 2023, año en el que la marca logró su récord histórico de entregas, con 6.032 unidades matriculadas. Su primer mercado no es, como se podría imaginar, algún estado árabe; sino Estados Unidos.
El éxito de ventas del Rolls-Royce Spectre podría haber influido en que Rolls-Royce haya podido decidir adelantar el lanzamiento de su segundo modelo eléctrico, ya que ese SUV tenía prevista inicialmente su llegada al mercado en 2027 y, ahora, podría llegar a producción a lo largo incluso de 2026.
Una planta ampliada para coches eléctricos y modelos personalizados
A lo largo de este año, Rolls-Royce invertirá 300 millones de euros en su planta de Goodwood, en Inglaterra, donde ya trabajan actualmente más de 2.500 empleados, que fabrican hasta 28 vehículos al mes.
La inversión en la fábrica tendrá dos objetivos claros. El primero, como ya se ha comentado, la adecuación de la misma para la fabricación de únicamente coches eléctricos, dado que Rolls-Royce quiere tener una gama compuesta sólo por vehículos eléctricos para 2030.
Mientras tanto, el segundo objetivo pasa por ampliar el espacio disponible para el departamento de personalización de los modelos de la marca británica, Rolls-Royce Bespoke y, asimismo, para la división de vehículos únicos, Rolls-Royce Coachbuilt.
Y no se trata de una inversión arriesgada, ni mucho menos ya que, según ha comunicado la propia marca, en 2024, el gasto promedio de la división Bespoke -que se puede traducir como ‘hecho a medida’ creció de media un 10% por vehículo, alcanzando el nivel más alto en la historia de la compañía.