Hace ya tiempo que comenzaron a circular los primeros rumores acerca de un lanzamiento que, en ese momento, y por lo inesperado, sonaba extraño y poco plausible. Reconocida a nivel mundial por sus dispositivos móviles y diversas soluciones tecnológicas, Xiaomi ha experimentado una transformación notable, pasando de ser una empresa poco conocida a convertirse en un gigante global. En unos años, esos primeros rumores se han ido confirmando hasta llegar a convertirse hoy en una realidad que puede hacer temblar al resto de fabricantes.
Porque Xiaomi va muy en serio. Actualmente, cuenta con presencia en todo el mundo y ha acumulado una considerable cantidad de fondos que se destinarán, en parte, a la división de vehículos eléctricos. Se estima que la inversión superará los 9.000 millones de euros en los primeros 10 años de operación. Con la presentación oficial celebrada hoy ya sabemos dónde va a recaer este impresionante desembolso económico.
Un despliegue tecnológico abrumador para convertirse en uno de los fabricantes más importantes
Ejerciendo como maestro de ceremonias, el CEO de Xiaomi, Lei Jun, ha puesto muy alto el listón que pretende alcanzar con este nuevo proyecto: posicionarse entre los cinco principales fabricantes de automóviles a nivel mundial en un periodo de 15 a 20 años. Para convertirse en el gigante de la automoción que pretende, Lei Jun ha realizado un recorrido por un largo listado de tecnologías que Xiaomi está desplegando y que no dejan ningún apartado sin tocar: motores, baterías, procesos de fabricación y hardware y software para la conducción autónoma..
Xiaomi se encuentra actualmente inmersa en la investigación preliminar de una gama de motores innovadores que podrían alcanzar velocidades de hasta 35.000 revoluciones por minuto. Oficialmente, ha lanzado la producción a gran escala de los motores V6 y V6S. Además, ha revelado que el Hyper Engine, capaz de alcanzar las 27.200 revoluciones por minuto, será incorporado en sus coches eléctricos a partir del año 2025.
También ha puesto en pie su propia planta de producción de baterías. En su caso, ha adoptado la tecnología CTB (cell-to-body), que elimina los módulos intermedios en el empaquetamiento de la batería y que permite integrar la batería en la parte inferior de los coches eléctricos, formando parte directa de su chasis. Al eliminar la necesidad de implementar una carcasa rígida en la que se integran los módulos que contienen las celdas, se prescinde de una gran cantidad de conectores y sistemas y se libera espacio para incluir más material activo. En el caso de Xiaomi, su batería tiene sólo 120 mm de grosor y una eficiencia volumétrica del 77,8%.
Con este propósito, Xiaomi ha trabajado con CATL. Las dos empresas han dedicado a este propósito dos años de desarrollo y por el proyecto han pasado miles de ingenieros El resultado es el desarrollo de paquetes de baterías de 800 V con una capacidad máxima de hasta los 150 kWh que se corresponden con una autonomía CLTC, el ciclo de homologación chino, de hasta 1.200 kilómetros.
En cuanto al procedimiento de ensamblaje de sus vehículos, Xiaomi ha tomado ejemplo de Tesla. Bajo el nombre de Xiaomi HyperCasting, utilizará una máquina de fundición a presión de 9.100 toneladas. Para lograr este propósito, Xiaomi ha desarrollado incluso su propio material de aleación: Xiaomi Titans Metal.
La compañía aspira a convertirse en uno de los actores más importantes en sistemas de conducción inteligente en 2024. En su fase inicial, la función de conducción asistida por piloto urbano estará disponible en 100 ciudades para finales de ese año.
Para el desarrollo del software y el hardware que darán vida a su sistema de conducción autónoma inteligente, ha contado con un equipo de más de 1.000 personas. La primera fase de inversión fue de 3.300 millones de RMB, a los que se han sumado 4.700 millones de RMB. Xiaomi ha utilizado más de 200 prototipos de pruebas y ha recorrido más de 10 millones de kilómetros.
El sistema de conducción inteligente del Xiaomi SU7, su primer coche eléctrico, funciona con dos chips Nvidia Orin X con una potencia informática total de 508 Tops (Teraflops) y su puesto de conducción inteligente funciona con un chip Qualcomm Snapdragon 8295. Cuenta con una pantalla en formato horizontal, situada en el centro del salpicadero, de 16,1 pulgadas y resolución 3K.
Tras explicar brevemente cada una de las tecnologías desarrolladas, Lei Jun dio paso a la presentación del SU7 el precursor de la gama de coches eléctricos de la marca. Si bien este primer modelo cuyas dimensiones lo sitúan como una berlina del segmento D, rivalizando directamente con modelos como el Tesla Model S, el BMW i5, el Hyundai Ioniq 6 o el Mercedes EQE, es de esperar que la marca ponga sobre la mesa modelos mucho más económicos.
En China, circulan rumores que indican que el precio de lanzamiento se situará alrededor de los 40.000 euros, una cantidad media-alta en comparación con los estándares económicos chinos y que en Europa se incrementaría considerablemente. Sin embargo, el SU7 es un modelo de representación que ofrece lo mejor que Xiaomi sabe hacer. Es de esperar que la gama se complete con vehículos mucho más económicos, más acordes con el ADN de la marca, que se caracteriza por ofrecer productos de alta calidad a precios muy competitivos.
