Tanto en las ciudades como en las carreteras, los límites de velocidad se establecen por varias razones orientadas a mejorar la seguridad, la eficiencia y el impacto ambiental del tráfico. Varía según cada país. Salvo en Alemania, donde no hay un límite de velocidad general, aunque si en ciertos tramos, y se recomienda no superar los 130 km/h, en el resto de países oscila entre los 110 y los 130 km/h.
En España, el límite se establece en los 120 km/h en autovías y autopistas. Aunque todos sabemos para qué sirven los límites de velocidad, muchos conductores aceleran con el objetivo de llegar más rápido a su destino. Es habitual circular por una autovía y comprobar que una gran cantidad de conductores superan a los que circulan a la velocidad legal.
Las matemáticas no mienten
Para paliar esta lacra y reducir el número de automovilistas que no solo sobrepasan los límites legales, sino que aumentan considerablemente los riesgos para sí mismos y para el resto de los usuarios, la DGT lo recuerda en sus campañas en televisión. El exceso de velocidad es uno de los principales factores de los accidentes, aunque tampoco es el único. Las distracciones y el exceso de confianza también son factores importantes.
Para estos conductores, que creen que por ir más rápido van a llegar antes y van a poder presumir en las tertulias, llegan las matemáticas a dejarlos en mal lugar. Si bien no hace falta tener unos conocimientos matemáticos muy profundos para llegar a la conclusión de lo absurdo que es circular a 140 km/h en lugar de a 120 km/h, un vídeo publicado por José Ángel Murcia, profesor de matemáticas, se ha viralizado para recordárselo.
La cuenta es muy sencilla y es suficiente con saber multiplicar y dividir para entenderlo. Como el mismo Murcia explica, cuando se circula a 60 km/h se recorren 60 km cada hora o 1 km cada minuto. A 120 km/h, que es el doble de velocidad, se recorrerían 2 km en ese mismo minuto. Es decir, un viaje de 400 km llevaría 6 h y 40 minutos a 60 km/h y 3 h y 20 minutos a 120 km/h. Una diferencia considerable.
Pero, como es evidente, no ocurre lo mismo cuando se pasa de 120 km/h a 140 km/h y se realiza ese mismo viaje de 400 km. En el primer caso tendríamos de nuevo las 3 h y 20 minutos. En el segundo, a 140 km/h, se recorren 2 km y 330 m cada minuto, por lo que el viaje duraría 30 minutos menos, 2h y 50 minutos. Ni que decir tiene que en un viaje de 100 km en lugar de tardar 50 minutos, serían 43 minutos, con lo que solo se 'ahorrarían' 7 minutos.
La relación entre la velocidad y el tiempo
A 40 km/h se tardan 90 km en recorrer 1 km. A 60 km/h, 60 segundos, a 80 km/h segundos, a 100 km/h, 36 segundos, a 120 km/h, 30 segundos y a 140 km/h algo menos de 26 segundos (25,71). Ya, a 160 km/h, se tardan 22,5 segundos.
Es decir, entre los 120 km/h y los 140 km/h cada km que se recorre solo supone un ahorro de 4,29 segundos, fruto de la relación que se establece en la ecuación de la mecánica clásica:
Velocidad = Distancia (espacio) / Tiempo
Cuanto más rápido va un vehículo, menos tiempo se ahorra por cada aumento extra de velocidad. Este principio matemático muestra que, aunque se duplique la velocidad, el ahorro de tiempo se reduce a medida que se incrementa la velocidad.
Por lo tanto, cada vez que pienses que podrías llegar antes a tu destino por pisar un poco más el acelerador, valora si merece la pena ahorrar ese mínimo tiempo a cambio de tu seguridad, la de los tuyos y la del resto de usuarios de la vía.