Jiang Weijun, director de SVOLT, ha anunciado la conclusión del desarrollo de la primera generación de baterías de sodio de la compañía. Los primeros prototipos logran alcanzar una densidad energética de 100 Wh/kg. Suponen el primer paso hacia la culminación de un proyecto que tiene como objetivo una segunda generación con mayor capacidad energética y un ciclo de vida más largo.
Para que una batería sea viable en la industria del automóvil tiene que cumplir una serie de características relacionadas con la seguridad, la densidad energética, la potencia y el ciclo de vida. Además, debe permitir altos porcentajes de reutilización y reciclaje y ser viable económicamente. Cada una de las tecnologías que existe actualmente destaca en uno o varios de estos apartados, pero ninguna cumple perfectamente con todos.
Las baterías de iones de sodio sobresalen principalmente por su bajo coste. Están compuestas por un material que se obtiene de los océanos o de la corteza terrestre y que, por lo tanto, es barato, abundante y sostenible. También ofrecen ventajas a la ahora de funcionar en ambientes extremos, tanto a altas temperaturas como en climas fríos.
Su capacidad energética es inferior a la del litio, aunque, si se ciclan a alto voltaje (4,5 voltios), pueden aumentar considerablemente la cantidad de energía que almacenan. Sin embargo, su desarrollo y comercialización se ha visto obstaculizado sobre todo por los problemas de degradación a la hora de cargarse y descargarse.
Los expertos no ven esta tecnología como una sustituta de la de las baterías de litio, sino como una alternativa viable que puede ser implementada en vehículos de bajo coste. Competirían con las baterías con cátodos LFP (litio ferrofosfato), que siguen dependiendo del litio, prescindiendo del cobalto, y que también tienen su ventaja en el menor coste de producción.
El plan de desarrollo de SVOLT
Con el anuncio realizado por el director de SVOLT durante un seminario de tecnología de baterías de iones de sodio en el que han participado otras empresas, el fabricante chino culmina la primera fase de un proyecto que se inició hace ya varios años. Su primera generación ha logrado alcanzar una densidad energética de 110 Wh/kg.
Pero esto solo es el comienzo. En una segunda fase, que culminará en el primer trimestre de 2023, los prototipos alcanzarán una densidad energética de 135 Wh/kg. Y la segunda generación, que llegará en el cuarto trimestre de 2023, elevará esta cifra hasta los 160 Wh/kg y ofrecerá una vida útil de 2.000 ciclos de carga y descarga.
Rivalidad con CATL
El mayor fabricante de baterías del mundo, CATL, presentó la primera generación de sus baterías de sodio en julio de 2021. A partir de ese momento, esta tecnología comenzó a recibir la atención de la industria. Los primeros desarrollos indicaban que la densidad energética alcanzada era de 160 Wh/kg, ligeramente inferior a la que logran sus actuales baterías LFP. Sin embargo, ofrecían un mejor rendimiento en escenarios de bajas temperatura y alta demanda de potencia.
CATL continúa desarrollando esta tecnología con el objetivo de alcanzar los 200 Wh/kg en la segunda generación, junto con el desarrollo de los procesos de fabricación. El objetivo es el diseño de la primera cadena industrial básica de esta tecnología para 2023.